𝐒𝐞𝐛𝐚𝐬𝐭𝐢𝐚́𝐧 𝐓𝐫𝐢𝐠𝐠𝐢𝐚𝐧𝐨

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—Sueltalo todo mami

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—Sueltalo todo mami.— escucho que dice apenas se tumba en el sofá del estadio, como si estuviera en su casa, lo que me hace querer fruncir el ceño,  pero me contengo.

—Triggi...

—Si, ese soy yo, el famoso Triggi.— me interrumpe y me guiña un ojo.

—Pues...

—A lo que venimos.— vuelve a interrumpirme, lo que me hace apretar mis dientes un poco irritada.

—Por favor...

—¿Si, mi linda?— no me deja terminar.

—¿Puedes...

—Puedo.

—¡Ya deja de interrumpirme!— exploto.

—¿Tu jefe les permite gritarle a las celebridad?— pregunta y finge limpiarse las uñas— No se, creo que es un poco... de mala educación.

-¿Que?— pregunto perpleja, porque desde que entró no hace nada más que interrumpirme, pero sólo niego y tomó mi librera— Sólo, responde las preguntas.

—Bueno.

—Está bien... cuéntame ¿Como fue tu entrada al grupo?— digo la primera pregunta y el pone expresión de pensador, con la vista perdida en algún lugar y todo, admito que me da un poco de gracia.

—En el grupo no había más que cenizas y tierras sin cosechar— dice imitando la voz del padrino— Hasta que entre yo, y le di vida y fauna al lugar para que se volviera un lugar seguro y agradable para platicar...— Hace una pausa de la nada creando suspenso y pienso que ha terminado, pero prosigue —Yo entré en el primer grupo "Tu amigo invisible" era, se podría decir que actualmente soy un Dios Primigenio el cual supervisa el comportamiento de los integrantes del grupo en total silencio —Otra pausa de suspenso— Y tremendo Dios Nórdico soy, de verdad.—Aclaró— Me acuerdo que el pana mata dragones "Santiago Ernesto Speranza Nervez" puso un apartado en "La isla: Abandonados" en el cual habia que poner pues tu numero, bueno, lo puse mal y no me di cuenta si no hasta 3 o 2 días después.— Se rie al recorda su anécdota, yo espero unos segundo para confiar que si había terminado y proseguir.

—Entonces eres de los primeros que está en el grupo...

—Así es, mi estimada.

—Que genial, y ¿De que manera crees que el grupo ha influido en tu vida?— pregunto, ignorando que está tocando y desordenado todo lo que hay en mi escritorio.

—Afecto de una manera positiva a mi vida, no lo digo por joda, incluso me animé a escribir, cuando cada vez había más gente que escribía así que por ese aspecto si, afecto de manera positiva...

—Nos alegra mucho que te hayas decidido a escribir— le digo con total sinceridad, le arrebato de las manos una de mis libretas, al cual le venía intenciones de arrancarle una hoja— Imagino que debes tener muchos tipos de experiencia.

—Si, de todas, he visto morir y revivir al grupo como 6 veces más o menos...— dice pensativo, se rreclina en el sofá, con vista al techo del estudio— He visto gente que se cree Jesucristo, cuando en realidad el único Dios aquí soy yo, he visto cierres de grupo... en fin, he visto de todo.

—Si, imagino... con el tiempo que tienes.- digo omitiendo sus egocentridades— ¿Y como te has sentido con las personas del grupo?

—De putisima madre...— hago un una expresión de desaprobacion por el uso de palabras que ha utilizado.

—¿Tienes algo que decirle a los chicos de Santuchitos de Miga?— pregunto.

—Pues si —dice y se cuadra en el sofá, cierra los ojos como buscando inspiración, mientras inhala y luego los abre otra vez, tiene una pausa dramática— Que les faltaran manos para que me pelen la #$#€&¥#...

—¡SEBASTIÁN TRIGGIANO!— le grito, mientras le lanzo mi libreta de notas.

[Ésta entrevista ha llegado a su fin por falta de control en el personal]

Sanguchitos de jamónWhere stories live. Discover now