𝐋𝐢𝐝𝐢𝐚 𝐇𝐞𝐫𝐧𝐚́𝐧𝐝𝐞𝐳

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Le di un sorbo a mi café luego de darle una mordida a mi galleta cuando escuche los pasos de la siguiente personita acercarse

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Le di un sorbo a mi café luego de darle una mordida a mi galleta cuando escuche los pasos de la siguiente personita acercarse. De inmediato la invite a sentarse en el sillón y ella sonrió.

—Hola Livi, ¿Lista?— Ella asintió tranquila.— Bueno, dime ¿Cómo fue tu entrada a los Santuchitos?

—Entré al grupo a través vez de Santi, lo vi en una de sus historias y me quise integrar. Cuando entré me recibieron muy bien y desde ese momento supe que serían parte de mi familia. Todos me agradaron de inmediato y me trataron muy bien.

— Que lindo, me encanta. Dime ¿Cómo ha influido el grupo en tu vida desde entonces?

— El grupo ha influido en mi vida de manera sorprendente. Ya que gracias a muchos he aprendido cosas nuevas, Me han ayudado mucho la verdad. La forma de hablar y de pensar de cada uno es realmente extraordinaria. Cada Santuchito tiene algo verdaderamente lindo por dentro y me han llenado de seguridad con sus mensajes. Son todos únicos y especiales, la verdad.

— ¿Tienes algunas experiencias para contarnos?

— Demasiadas. —reímos. —Tanto tristes como felices ya que, como la familia que somos, nos desahogamos entre nosotros. O compartimos muchas metas y logros y es muy lindo la verdad ver cómo todos nos apoyamos mutuamente cada día. Si alguien se ha de se fue mal hacemos lo posible para subir esos ánimos, pero bueno casi siempre estamos riendo y haciendo desmadre del bueno.

Ríe otra vez y yo la acompaño recordando todos aquellos momentos.

—Dirás debbsmadre. —Ella asiente comprendiendo el juego de palabras que utilizamos en la familia Santuchita. — Es increíble el poder de esta familia ¿no lo crees?

— Si, la verdad es que ya los Santuchitos forman parte de mi familia, espero algún día poder conocerlos a todos en persona.

— Algún día, corazón.

Ambas sonreímos y pasó a la siguiente pregunta.

— Sé que hemos hablado maravillas de esta familia pero dime ¿Tienes algo más para decirles?

Ella asiente y de la nada aparece un micrófono en su mano, se pone de pie rápidamente y sin evitarlo se acerca el micrófono a los labios y comienza a hablar. Pero el micrófono está tan fuerte que parece que está gritando.

— ¡LOS RE AMO A TODOS, TENGO UN LUGAR PARA USTEDES ACÁ EN MI KOKORO! — Hace la forma del corazón con sus dedos sin soltar el micrófono y sonríe. — ¡ESPERO QUE NUNCA DEJEMOS DE SER ESTE GRAN GRUPO QUE SOMOS, FUERTES, LOCOS Y ADORO HACER DEBBMADRE CON USTEDES! —Le guiña el ojo a Debbs, quien aparece por obra de la magia de la invocación de su nombre y luego se empieza a reír.— ¡LOS AMO!

Tira el micrófono y se acerca a abrazarme antes de girarse e irse por la puerta dejándole espacio al siguiente Santuchito.

Sanguchitos de jamónWhere stories live. Discover now