Corazón en línea_ Capítulo 7

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Arya Blomson

El dolor en mi cuerpo es incontrolable, intento gritar pero mi garganta quema como si de un hierro caliente se tratara. El pánico me invade y se me instala la necesidad de supervivencia.

Mis párpados no responden y siento que desgarran mi pecho, oigo pitidos acelerados y movimientos a mi alrededor.

─Arya quédate conmigo ─La voz de Logan me desespera más y vuelvo a intentar que los ojos respondan a los mandatos de mi cerebro.

Logan. Trato de llamarlo para que me quite el ardor del pecho. Logan, porfavor.

Señor, déjenos trabajar. ─Una voz de mujer desconocida reluce entre los zumbidos de mis oídos.

Me falta el aire y la agonía que siento es arrebatadora, quiero mover mis manos para quitarme todo el cosquilleo infernal del cuerpo.

Tengo miedo, no quiero irme. Lucho ansiando obtener alguna reacción de mi cuerpo.

─Arya.

Es lo último que escucho antes de abandonarme en la inconsciencia.

Logan French

Después de entrar en casa, decidí que lo mejor sería tomar ducha para apaciguar mi mente. También necesitaba desprenderme de aquel olor a hospital que me tenía mareado.

Entrando al cuarto de baño, me detuve frente al espejo. Observe mi rostro con detenimiento al mismo tiempo que sentía como la ira se abría paso en mi interior. Tenía dos cardenales, uno encima del ojo y otro en la mandíbula, además de una sutura en mi ceja izquierda acompañada de una pequeña hinchazón. Contorneé la herida con mis dedos, y a su vez, me juré que quién estuviera detrás de esto, me las iba a pagar muy caro.

El agua caliente caía sobre mis hombros relajandolos y me permití  pensar en Arya. Lo doloroso que debió haber sido el impacto para ella. Mis manos se cerraron en un puño al recordar que esta en coma por mí.

Después de 10 minutos en el intento de dejar la mente en blanco, cerré el grifo para envolverme con una toalla por debajo del ombligo. Tenía una videollamada con Mark en pocos minutos para saber el causante de todo.

Caminé  a mi armario organizado por colores para tomar unos pantalones holgados y una camiseta cómoda. Mis pies descalzos se arrastraron por el frío suelo hasta llegar al estudio.

─Señor French ¿Desea comer algo? ─preguntó Margarita-mi sirvienta más joven-justo antes de entrar a la habitación. 

─Unas patatas bravas y un poco de pollo. ─respondí y cierro la puerta detrás de mí. 
El estudio esta sumido en la oscuridad, este es mi lugar de tranquilidad, aquí puedo pensar y llevar a cabo todo lo que me pasa por la mente. Me senté  en la silla negra giratoria y enciendo el ordenador, justo en ese momento me entra una notificación de Mark invitandome a la videollamada.

─Buenas noches Logan. ─saludó  y me fije en sus grandes ojeras.

─Buenas noches. ¿Tienes algo para mí? ─No quise sonar borde, pero estoy desesperado por saber quién se esconde detrás de los mensajes.

─Encontré algo, pero no estoy totalmente seguro. ¿Me das dos minutos para confirmar?

─Me llamas cuando acabes. ─Cuelgo antes de escuchar su respuesta y me recosté al espaldar de la silla.

Doy rienda suelta a mi imaginación, y tratando de recrear todo lo que voy a hacerle al desgraciado que se atrevió a tocarla. 

Una llamada de Mark vuelve a entrar y mis nervios se activan. Lo tiene.

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