Capítulo 3

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Ya habían pasado alrededor de 3 horas, en aquel sitio solo reinaba el silencio.

No se había movido de su posición, seguía sentado en el suelo mirando al jóven castaño que solo estaba acotado a unos pasos de él, no sabía si estaba despierto o dormido, aunque tampoco le importaba.

Volteo su rostro a su izquierda para observar a aquella albina que dormía a su lado en una posición bastante incómoda a su parecer, pero no estaba seguro de que fuera buena idea moverla para que durmiera de otra forma, lo que menos quería era despertarla, no luego de ver aquellos cansados ojos en su vieja compañera; esa chica necesitaba un buen descanso luego de pasar tantos días sin dormir bien.

Un mínimo ruido viniendo una ventana lo alertó, haciendo que preparará su maleta dispuesto a sacar su Quinque.

Se levantó de su lugar rápidamente al ver una figura acercándose a ellos lentamente.

—Tranquilo, soy yo—añadió una voz femenina, casi susurrando luego de ver a la morena.

Este tras reconocer la figura de la mujer una vez que estuvo bajo la luz de la luna, relajó su posición y volvió a sentarse donde antes estaba.

Normalmente no bajaría su guardia con alguien que conoce poco y nada. Pero al ver la forma en la que Mutsuki hablaba y confiaba en ella hizo que por esta vez dejara de lado su desconfianza.

—¿Necesitas algo? Yasuhisa—Kurona solo negó con la cabeza y tomó asiento también en el suelo, a unos pasos frente de él apoyándose en una columna.

—Yo también descanso en este lugar, pensé que te lo había dicho—contestó señalando con la mirada a la joven que seguía durmiendo—deberías recostarla, si sigue durmiendo así tal vez amanezca con un poco de dolor.

—No quiero despertarla...

—No te preocupes, debe estar demasiado cansada como para darse cuenta de que alguien la este tocando—contestó con tranquilidad, aunque eso inquieto un poco a Urie.

Si eso es verdad, entonces hacia bien en no apartarse de su lado por si algún enemigo aparecía de repente frente a ellos, en lugar de ir a recorrer un poco los alrededores como tenía pensado unos minutos antes de que llegara Kurona.

Se acercó más a su ex compañera y con cuidado la recosto en el suelo, se sacó su gabardina negra y la colocó sobre la albina al verla temblar un poco por el repentino frío que entraba por aquella ventana, parece que ese día va a llover.

—¿Que hiciste con los ghouls que estaban en ese callejón?—pregunto volviendo su mirada a la peli negra.

—Asique tampoco te lo contó—agregó con tranquilidad, cruzando sus brazos y mirando hacia el techo.

A los pocos segundos que aquellos jóvenes se habían retirado de ese lugar, tres hombres aparecieron a unos cuantos pasos frente a ella.

Dos llevaban unas máscaras blancas con rayas rojas y tunicas del mismo color, mientras que el otro era solo un hombre de casi unos 30 años, cabello negro y traje formal de color blanco, con camisa roja.

—Yasuhisa, veo que mataste a dos de mis hombres—habló aquel peli negro con una sonrisa en su rostro y las manos en sus bolsillos.

La MisiónWhere stories live. Discover now