5. Asesinato perfecto

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Matt asintió.

—Ahora lo es, pero existió realmente. Después de que murió, Jayden estuvo tan deprimido que incluso dejó de asesinar personas y retomó su medicación —dudo un poco, pero agregó lo siguiente:— Justo como sucede ahora.

Beth no pareció prestarle atención a lo último. Su ceño se encontraba ligeramente fruncido y se mordía la cara interna de la mejilla mientras pensaba. Tal vez cosas aterradoras, nunca se sabía.

—¿Y qué tanto nos parecemos?

—No te emociones, solo un poco, pero actuaba como tú. Seguía a Jayden siempre sin importar cuanto la rechazara —Matt intentó recordar algo más de la relación de su primo con la pelirroja pero la verdad es que no sabía mucho.— Al final él se enamoró de ella y fueron felices.

Beth abrió la boca indignada.

—¿Y por qué a mí no me funciona?

—Porque Mia era...pues normal.

—Yo soy normal.

Matt negó con la cabeza.

—No, no lo eres —dijo observándola de arriba a abajo—. Tienes un aura como de maldad.

—Claro que no.

—Claro que sí.

Beth hizo un puchero fingiendo tristeza.

—Pero eso no importará si luzco más como ella —afirmó.

—Si acentúas el parecido tal vez puedas ganar algo de atención de Jayden —en el rostro de la rubia empezó a formarse una gran sonrisa. Matt la cortó de inmediato—. No digo que se enamorara de ti.

Todo rastro de felicidad se apagó por completo de ella y estuvo a punto e agregar algo, pero el castaño la interrumpió con un tono amenazante:

—Si no te funciona, no intentes empujarme por las escaleras o algo así porque te lanzaré del último piso y no me importará si Adam llora.

Beth soltó una risilla aterradora.

—Pero que dulce. Ya entiendo porque Casey se enamoró de ti.

Matt no supo si lo dijo enserio o fue sarcasmo. Su tono de voz, sus gestos y lo que decía parecían no estar relacionados.

—¿Verdad que sí? Entonces, a pesar de que ya sabías del parecido, te di información —soltó despidiéndose con la mano—. No te olvides de que me debes un favor y puedo cobrarlo cuando quiera.

Terminó la última frase y se dio vuelta para alejarse de allí.

—¡Un momento! —exclamó la rubia acortando lo poco que se había alejado al instante— ¿Como se supone que va a funcionar si Jayden siempre ve a Mia?

Matt cerró los ojos intentando reunir la poca paciencia que tenía. Era cierto que la pequeña no le caía del todo mal, pero su presencia le incomodaba de alguna manera.

—No, sólo por las noches y cuando no estamos en presencia de los superiores —explicó—. Es muy poco tiempo comparado con el que está contigo. Además, el empezará a tomar sus pastillas en cualquier momento y no podrá verla. Debes aprovechar esta oportunidad.

—¿Cómo sabes que las tomará?

Que insistente.

—Porque...

—Lo he visto botarlas —interrumpió caminando de un lado a otro frente al castaño—. No lo hace aquí, es bastante paranoico, dice que lo vigilan a pesar de que no hay nadie. Por eso las junta y luego las arroja en el bosque.

El tormento del Asesino © [Trastornos 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora