30

9.6K 724 68
                                    

- Hola, Albi – saludó la modelo, nada más aceptar la llamada entrante con una sonrisa.

- Hola, Nat. ¿Sabes una cosa?

- ¿Qué?

- Que me gusta mucho hablar contigo. Y pasar tiempo juntas. Y también me gustan tus besos. Me encantan. Y tus abrazos son de los mejores del mundo. Y… - hizo una pequeña pausa.

- ¿Y?

- Espera, que estoy mirando los apuntes.

Me la voy a comer con patatas.

- Y adoro cómo me tocas cuando nos acostamos – terminó.

Natalia soltó una risita de sorpresa ante el aluvión de sinceridad.

- Me duele que esto último lo hayas tenido que mirar – fingió indignación.

- ¡No! Era para no dejarme nada, Nat – ronroneó con pucherito incluido.

- Joder, Albi – paladeó, asimilando-. ¿Y todo esto?

- Deberes de Marta. Pero todo es verdad, ¿eh?

- Dile a Marta que me encanta, que siga así. La mejor psicóloga del mundo. ¡Y eso que es solo el primer mes de terapia!

- Dice que estoy avanzando mucho y bien.

- Ya lo veo, ya. ¿Te tengo que contestar? – frunció el ceño, dubitativa.

Natalia no quería por nada del mundo meter la pata y estropear el ejercicio.

- No, no – aclaró-. La clave es esa, que tengo que decirte todo el bien que me haces sin esperar nada a cambio, ¿sabes?

- Pero si a mí me apetece, ¿puedo contestarte?

- A ver, si te apetece, supongo que sí.

- Pues yo quiero decirte que estoy muy orgullosa de ti, eso lo primero.

- Ay, Nat – musitó, con cierta vergüenza.

Por más veces que me lo diga, no me acostumbro.

- También está el hecho de que me encanta conocerte cada vez más y ver cómo nos vamos descubriendo. Me gusta muchísimo tu forma de mirarme. Y me flipa follar contigo.

- Hala, a la mierda el momento tierno.

- Es la verdad –se encogió de hombros.

- ¿Qué tal el día? – preguntó la rubia mientras se acomodaba en el sofá.

- Muy bien, lo he pasado genial en el shooting con Damion. ¡Aunque hacía un frío! Espero que no se haya notado mucho que estaba tiritando. Mucho nivel, pero luego la calefacción… - se quejó, refunfuñando.

- ¿Cómo ibas vestida? – se interesó la rubia, siempre ávida de estar al corriente de sus trabajos, que eran absolutos placeres para su vista.

- Pues muy guapa, la verdad – chuleó.

- Eso no es ninguna novedad, bonita.

- Dilo otra vez.

- ¿El qué? ¿Que no es ninguna novedad que seas muy guapa? – frunció el ceño.

- No, lo otro.

- ¿Qué otro?

- Cierto apelativo en tono cariñoso que me has copiado vilmente.

- Ah, ¿bonita? – repitió con una risita.

- Sí. ¡Ay, qué gustito! ¡Qué bien suena! – se llevó la mano al pecho, aunque la otra no lo podía ver.

desnudArte | AlbaliaWhere stories live. Discover now