También soy tu madre (Little Witch Academia)

El presente

Mansión Cavendish (09:00 am)

Nos encontramos en una habitación bastante pulcra. Aquí llacia una chica de 16 años que hablaba con su amiga desde una bola de cristal pues su amiga vivía algo lejos y no podía ir a visitarla por ahora.

- ¿Y cómo han ido las cosas por allá Catherine?

- Bastante bien Clementhyne. Los negocios de mi madre no pueden parar de aumentar el dinero en la cuenta de los Cavendish, mis éstudios y calificaciones no pueden ser mas perfectos y la convivencia con mi tía-abuela Daryl, mis tías Maryl y Merryl y mi madre no podría ser mas perfecta.

- ¿Y tu otra mamá?

- Bueno... Con Atsuko casi no me relacionó. Simplemente no me importa.

- Pero Catherine... También en tu mamá...

- Tal vez, pero no es nadie. Su sangre contaminó la sangre Cavendish y creó que fue por ello que me costo tanto aprender magia los primeros años.

- Si... Lo que digas. Catherine, ya me tengo que ir.

- ¿Eh?

- Si, después de un par de semanas, mi mamá Amanda por fin regresara de Estados Unidos y mi mamá Hannah quiere que la acompañe por ella.

- Oh vamos Clementhyne... Solo dile a tu mamá que no quieres ir y...

- El detalle es que si quiero ir. Es mi otra mamá después de todo y no le e visto en semanas. Nos vemos después Catherine. Bye.

- (supira) Bye Clementhyne...

Tras esta breve platica, Catherine se levantó de su cama para ir hacia un mueble y poner de nuevo la esfera mágica que le compro su madre Diana hace un par de años.

- Bien... Ya habrá otra ocasión.

- "¡Señorita Catherine...!" "¡El... El desayuno esta listo!"

- Ya voy nana. Gracias. Bien, otro día más da comienzo.

Tras decir esto, Catherine se acerco hacia un tocador donde se miro en el espejo para comenzar a sepillar su cabello y peinarse como mas le gustaba.

- Creó que de Atsuko sólo aprendí a sepillarme el cabello y peinarmelo de esta forma... ¿Que mas podría enseñarme alguien tan torpe como ella?

Sin sentirse mal por lo último, Catherine dejó el cepillo en su lugar para abandonar su habitación y dirigirse a la cocina donde su nana ya le había servido su desayuno favorito.

- Bien, un poco de caviar junto a un poco de pan francés, un jugo natural de naranja con apio y un kup-kake de trufas... El mejor de los desayunos. Gracias nana... (Dice con voz fría) ahora retirese...

- Si... Co... Como usted ordene...

Así, Catherine comenzó a desayunar en total silencio hasta que su querida tía-abuela Daryl hizo acto de presencia.

- "¡Buenos días mi querida princesa!"

- Buenos días también para usted tía-abuela.

- No pude evitar ver como ponías a la servidumbre en su lugar. Me enorgulles Catherine.

- Sus palabras son todo un alago tía-abuela. Gracias.

- No hay de que Catherine. "¡Oh, es verdad!"

- ¿Que ocurre tía-abuela?

- ¿No lo recuerdas...? Debiste de olvidarlo por los estúpidos genes de Atsuko.