–Dios mío que te paso Alfred. Supe lo del niño. En serio cuánto tiempo duro sin ti. -dije sonriendo-.

–Soy indispensable señorita Harris. -dijo y sonreí-.

Caminamos y vi a mi niño Bruce.

–Bruce nos veremos al rato en la cena ¿Verdad? -dije caminando a saludarlo-.

–Si por supuesto. -sonrio mi niño-.

Platicamos un rato. En el momento de mi retirada camine por un pasillo y Vi una foto de nuestras familias. Recuerdo ese día. Sonreí ante ese recuerdo y me fuí.

Subí el ascensor de la casa Galavan.

–¿Y Jerome? -le pregunté a Barbara-.

–Creo que fue a una reunión familiar. -dijo ella sonriendo-.

–¿Familiar? -dije con un toque de curiosidad-.

Espere en su cuarto leyendo un buen libro que pedí en la biblioteca.

Se escuchó la puerta abrirse lo ví ahí muy sonriente.

–¿Y esa sonrisa? Te ves muy feliz. -dije viéndolo directamente, con una sonrisa también en mi boca-.

–La ocasión amerita esta sonrisa. -dijo feliz-. Digamos que papá no esta.

Me quedé pensando. "Papá no esta". ¿Que significa?. Ummmmmm… espera papá es… señor Cicero. Dios el señor Cicero.

–Jerome papá es el señor Cicero. Osea que tu… --no quise decir lo demás-.

–Oh claro que sí yo le hice eso a papá. -dijo sin dejar esa felicidad-.

–Es tu padre Jerome. -dije sin expresión alguna-.

–Mas bien era mi padre. -dijo aún más feliz-.

Suspire, como repito el es un psicópata y si así se divierte, quiera o no es mi novio.

–Jerome  okey está bien como sea me voy a preparar para la cena de el hospital infantil. -dije sin ánimo-.

El me tomo de las muñecas, me acerco a el y me vio a los ojos. Por un momento los ví pero me sentí intimidada y baje la vista. El tomo mi mentón y alzo mi cabeza para que lo viera. Soltó mi otra muñeca y me tomo mejilla. La sobó, su mano fue hasta detrás de mi cabeza y bajo a la nuca, no perdimos el contacto visual. El tomo mi nuca y la acercó a su cara.

–No me tengas miedo Ana, tu me importas mucho. -susurro cerca de boca-. En serio mucho.

Unio nuestros labios en un beso apasionado. Yo le seguí el juego pues es mi Jerome. Después el se separó. Después de un segundo decidí abrir mis ojos. Vi los de el postrados en mi.

–Te veré entonces aya. -dijo el jadeando por el beso-.

Yo asentí como tonta, tomé mi portafolio. Y me salí.

Wow dios. Salí del edificio y brinque como una loca. Muy feliz.
La gente me veía raro. Pero sonreí feliz. Marcus compartió mi felicidad y me sonrió.

–Mucha felicidad señorita Harris? -Dijo cerrando la puerta del auto-.

–Si muy feliz. -dije sin borrar mi sonrisa-.

De camino a casa pensé en lo que me dijo. "ME IMPORTAS MUCHO".
Suspire. Y sonreí. Marcus como un buen "padre" sonrió conmigo.

Llegué a mi casa y me di una excelente ducha, cante como una loca. Me perfume y leí un rato aún con mi bata de seda. Hice mi tarea, no era mucha pero aún así.

Ya eran las seis. Me hice este peinado.

Y  me puse este vestido

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Y  me puse este vestido

Ya lista me ví al espejo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Ya lista me ví al espejo. Dios, nadie me quitará la felicidad de hoy.
Tomé mi cartera. Y salí, directo al hospital infantil.

ONE BAD DAY Where stories live. Discover now