CAP 45

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La cena fue divina, el me habló de sus planes de futuras estructuras que el planeaba. Se veían tan emocionado que incluso me interese más.

—Su trabajo lo apasiona, también quiero apasionarme tanto por algo así.

—Lo hará señorita, solo busque algo que la haga soltar esa pasión y la haga sonreír tan desenfrenadamente.

Lo mire fijamente.

—Entonces ya lo encontré. —dije sin pensar, pero recapacite. —Perdon por eso, quise decir que lo encontraré.

Fue un silencio muy incómodo, pero el se acercó, me tomo de la cintura y no puse resistencia.

—Señorita…

Mi celular sonó de repente.
Sonreí apenada y me separé.

—¡Ana! Max me pidió tu número y claramente se lo dí, soy una gran amiga. —dijo Diana por el teléfono.

—¡¿Qué?! Estás loca.

—No no no. En fin solo te llamé para saber cómo estás y eso. Yo ya estoy en mi país tan divino.

—Estoy en una cita, te hablo más al rato y nuestra charla será sería.

Colgué

—¿Todo bien?

—Claro, lamento la interrupción. ¿Me decía?

—Nada, mejor sigamos bebiendo. Tengo un whisky muy especial y sería un honor abrirlo con usted.

Después de horas de charla lo observé seriamente ya que solo veía a Jerome calmado, el parentesco extremo no me ayuda en nada. Su manera de expresarse, sus gestos, incluso su voz es diferente; pero siguen siendo iguales.

—No sabía del gemelo bueno. —sorbi de mi bebida.

—¿No se lo mencionó? Es normal para ambos es un pasado que queremos olvidar. Pero si eran tan cercanos ¿Por qué no lo hizo?

Dejé caer mis hombros ¿No me tenía confianza? De verdad alguna vez, aunque solo sea un segundo ¿Confío en mí? ¿Cuál era el problema?

—No es que él fuera muy cuerdo, digo solo éramos adolescentes inmaduros aún.

—¿Así que fue ya hace tiempo? Platiqueme de él.

—Si ya tiene un tiempo que no lo veo. —cruze las piernas y mire mi vaso. —Fue cuando aún trabajaba en el circo, fui a hacer un trabajo escolar y lo ví, le pedí un recorrido y bueno todo fluyó. Pero eso ya hace años.

Él veía algo extraño mientras hablaba sobre eso. También me puse algo incómoda. 

—Qué tema tan difícil de tocar es Jerome. Yo lo deje de ver desde mi infancia así que no recuerdo todo correctamente.

Asentí y observé la hora de mi reloj, en cuatro horas aprendí tanto de él.

Me levanté y él igual.

—Tal vez sea momento de irme, fue un placer estar en su compañía, señor Wilde.

Estrecho mi mano y se acercó.

—El placer fue todo mío, nunca había estado con una chica tan hermosa.

Me acerque a él y bese su mejilla.

—Nos vemos luego entonces, que la próxima cita sea en mi casa.

Salí de ahí y esperé unos segundos a qué ecco viniera y me llevara otra vez por el laberinto. ¿Por qué carajos un laberinto? Esperen, es Xander.

ONE BAD DAY Where stories live. Discover now