Capítulo III: Reencuentro

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III: "Reencuentro"

Día 28 de Noviembre. 00:32 Hs. Pasada la medianoche ya era el primer día de mi estadía en la ciudad, todavía faltaba para el amanecer, y sin embargo habían pasado más cosas de las que me hubiese imaginado. El vapor que salía de la floreada taza decoraba el ambiente, las demás personas se apresuraban a endulzar sus cafés mientras me miraban disimuladamente. El silencio hacía más incómoda la situación, la señora que me recibió se notaba algo nerviosa, sonreía por cortos lapsos de tiempo, no paraba de revolver su café con lentitud. Ella rompió el silencio diciendo.

Señora: - Bueno, mi nombre es Martha. Encantada Adriel.

Adriel: - Un gusto señora ¿Y los señores...?

Señalé tímidamente a los demás muchachos de aspecto raro que se encontraban compartiendo el momento en la mesa.

Martha: - Ellos son amigos, él es Marshall y él es Rogger.

Adriel: - No quiero terminar de arruinar el momento. Pero necesito saber que está pasando ¿Por qué estoy aquí?

Los presentes en la mesa comenzaron a mirarse entre ellos, cómo si temieran decirme lo que estaba ocurriendo. Martha levantó mirada hacia mí.

Martha: - No te podemos decir mucho, tenemos que esperar que ella llegue. Por mientras tienes que permanecer aquí.

Adriel: - No puedo estar en un lugar que no conozco y menos si no encuentro un tercio de las respuestas que estoy buscando. No sé cómo me conocen, no sé dónde estoy, no sé qué está ocurriendo, y si nadie quiere responder nada entonces me largo.

Marshall: - No desesperes mi niño. Todo vendrá a su tiempo. Tranquilízate, a estas horas de la noche no hay dónde ir. Ten paciencia por favor - Dijo tomando mi mano.

Ninguno de los presentes quiso aclarar mis dudas, tanto Martha como Marshall decidieron reservaban sus respuestas. Rogger, por otro lado, yacía con la mirada perdida en la mesa, sin prestar atención a lo que estaba ocurriendo en lugar. Su falta de interés alimentaba mi curiosidad. Lo miré detenidamente sin lograr contacto visual alguno. Parecía perderse en las líneas de la barnizada mesa de color marrón oscuro. Con su café en las manos, tomando por pequeños sorbos, no dejaba que ni el más mínimo roce de aire lo distrajera de su mundo. Cuando quise darme por vencido, el muchacho llamado Rogger me dedicó una escalofriante mirada, mis pupilas temblaron del susto, pero mi cuerpo no lo demostró. Intenté sostener el contacto, pero el miedo y la vergüenza me hicieron bajar la mirada y trasladarla hacia mi taza. Él miró a los demás participantes en la mesa.

Rogger: - ¿Ni siquiera le van a hablar de "eso"?

Martha: - Shhhhhhh, no lo menciones - Se sobresalto.

Marshall: - Te pueden escuchar - Le dijo con una forzosa voz baja.

Rogger: - No sean estúpidos, no tiene la suficiente fuerza como para escucharnos.

Adriel: - ¿De qué están hablando?

Rogger me volvió a mirar de manera extraña, cómo si la locura lo hubiese consumido. Su cabello despeinado complementaba sus ojos con la pérdida de cordura. Martha lucía cada vez más nerviosa.

Rogger: - De lo que causó esto.

Martha: - Rogger, no. Necesitamos tiempo. Melisa estará por llegar en cualquier momento.

Rogger: - ¡¿Tiempo?! ¡Eso ya no existe! ¡¿A quién quieren engañar?!¡Todos sabemos lo que está pasando, él tiene derecho a saber qué es lo que está sucediendo! Tiene que recordar.

La Sombra del Reloj: Un Oscuro pasadoWhere stories live. Discover now