Capítulo 4

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     El gerente que había escuchado todo por el gran escándalo sale corriendo hacia ellas...

––Por favor Sra. no se altere, mejor conservemos la calma, de verdad siento mucho esto que acaba de suceder, usted es nuestra mejor cliente, le pido que no ponga ninguna denuncia ––suplicó el gerente.

––Está bien, pero no quiero sus disculpas. Quiero que ella sea la que se disculpe ––dijo la señora con voz sarcástica.

––¡¿Qué?! ––preguntó Camila aún más enfadada.

––Ya la oíste, discúlpate ahora antes de que esto valla peor ––dijo el gerente susurrándole cerca del oído.

––¡Claro que no! ¡No pienso disculparme con esta mujer ni ahora ni nunca! ––gritó Camila.

––¡Si no te disculpas te voy a despedir! –– gritó el gerente mirándola seriamente.

––No, ¡usted no me va a despedir porque yo renuncio! ––dijo quitándose el delantal y tirándolo al piso, enseguida busca su bolso y se marcha.

––Aquí no ha pasado nada, todo está en orden –-dijo el gerente intentando calmar a la clientela.

     Al dirigirse a la puerta del restaurante Ricardo estaba afuera, el cual había presenciado todo debido a que la ventanas y puerta son de cristal.

––Señorita Camila, ¿se encuentra bien?

––Sr. Ricardo, qué hace aquí.

––El Sr. Miguel está dentro del restaur
ante cenando. Aún tengo algo de tiempo libre, si quiere podemos dar una vuelta e intentar que se calme un poco.

––Muchas gracias pero no quiero molestarlo con mis problemas.

––No se preocupe no es molestia, suba al auto ––dijo Ricardo abriéndole la puerta del auto.

     Al montarse en el auto y ponerse en marcha Ricardo la mira algo extrañado.

––¿Qué hace aquí, ya no trabaja en el hospital? ––pregunta mirándola y mirando hacia adelante para evitar un accidente.

––No, tuve que renunciar por motivos personales, luego conseguí este trabajo y creo que no es necesario decir lo que pasó.

––Lo sé, he visto todo lo sucedido, lo siento mucho, y qué tiene pensado hacer ––dijo Ricardo.

––Pues aún no lo sé, necesito conseguir trabajo sin importar en qué.

––Bueno quizás pueda ayudarle, no es nada seguro pero intentaré hablar con mi jefe.

––Gracias Sr. Ricardo pero en serio que no quiero molestarlo.

––Descuide no es molestia, por cierto, mi hijo me ha dicho que si la veía, te diera saludos de su parte.

––Dígale que muchas gracias y que también le mando saludos ––dijo Camila intentando dibujar una sonrisa en el rostro.

    De pronto suena un teléfono, Ricardo pone un audífono en su oreja...

––Dígame Sr. Miguel.

––¿Dónde estás? ya he acabado y necesito que me lleves a la agencia ––dijo Miguel quien estaba fuera del restaurante mirando por todos lados intentando ver a Ricardo.

––Enseguida voy.

––No demores ––dijo Miguel antes de colgar.

––Lo siento mucho pero debo regresar al trabajo.

Rastros de Amor [Editando]Where stories live. Discover now