° •. Ella Hufflepuff y el Slytherin . • °
-¿Quieres bailar?.- Ophelia le preguntó al chico que estaba a su lado mientras salía del pasillo abierto. Tan pronto como salió, las gotas de lluvia comenzaron a caer sobre su cabeza. Ella miró hacia el ciel...
-Así que me ahogo como siempre lo hago Bailando por nuestra casa con tu fantasma-
-Ghost Of You - 5 Seconds of Summer
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—¡STUPEFY!— Woodlock gritó mientras apuntaba con su varita a Hermione, quien salió volando de regreso al espacio vacío detrás de ella.
—¡Brillante Ophelia!— Harry le sonrió mientras asentía con la cabeza. Sabía que ella estaba luchando por hacer bien los hechizos, su mente siempre parecía estar en un lugar diferente.
—Buen trabajo, finalmente lo hiciste correctamente— Granger dijo levantándose, cepillando su falda.
Ophelia se rascó la nuca. — ¿Te dolió? Porque lo siento ...
—No, no fue así— le dijo Hermione con una leve risa. —No necesitas disculparte tanto, y además del objetivo de practicar esto es mejorar con los hechizos, no pedir perdón cada 5 minutos— La Gryffindor exhaló un suspiro antes de caminar hacia Ron.
Ophelia se mordió la mejilla.— Correcto— murmuró. Siempre podía contar con Granger para decirle la verdad.
—Estás haciendo un buen trabajo, Ophelia— dijo Potter caminando hacia la Hufflepuff. —Pero creo que necesitas concentrarte más. Estaremos trabajando en el encantamiento Patronus en aproximadamente un mes o dos, y para eso necesitas estar extremadamente concentrado. Pero no tengo ninguna duda de que no podrás realizarlo.
Ella asintió con la cabeza. —Sí, lo siento, me distraigo tan fácilmente. Me esforzaré más.
Harry le sonrió antes de que le quitaran la atención y se acercó a Ron y Hermione.
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Noches como estas eran las peores. El constante ir y venir, tratando de ponerse cómoda. Su mente estaba por todos lados. Un minuto pensaba en el ejército de Dumbledore, al siguiente pensaría en Draco.
Entonces se le ocurrió una idea. Uno que no ha estado tanto en su mente. Su madre.
A Ophelia le dolía el corazón al pensarlo. Si su madre no hubiera muerto esa terrible noche, su vida familiar sería diferente. Su padre no sería un anciano deprimido, solitario y adicto al trabajo, y su hermana y ella probablemente se llevarían bien. La madre de Ophelia era el pegamento de la familia Woodlock, y cuando ella se fue, se vino abajo en un instante.
Los ojos de Ophelia se abrieron, sabía que probablemente no iba a dormir mucho. Especialmente con su familia en mente.
Dejó escapar un suspiro tembloroso y se frotó la sien por un momento.
No le gustaba pensar en lo que pasaba en la casa de Woodlock.
Su madre era una bruja nacida de muggles, brillante también, nunca le importó si la llamaban MudBlood o si la comparaban con PureBlood. Ella era diferente, muy parecida a Ophelia. Su madre le enseñaba tanto a Ophelia como a su hermana cosas del mundo muggle y les daba los mejores regalos. Tampoco le importaba que su familia a menudo fuera llamada traidora de sangre, ya que el padre de Ophelia es PureBlood.
Todos estaban tan felices antes de que ella se fuera.
Su padre ahora se ahogaba en su trabajo en el ministerio, nunca prestando atención a Ophelia, sin tomarse el tiempo de escribirle una carta para hacerle saber cómo estaba o qué estaba pasando. De hecho, ni siquiera se fue a casa para las vacaciones de invierno. Ella se quedó en Hogwarts.
Alexandra, su hermana tenía 21 años. Vivía con su novio -a quien Ophelia nunca le gustó- en alguna pequeña ciudad de Inglaterra. Las hermanas nunca se vieron a menos que fuera sumamente importante. Aunque Alexandra a veces le escribía a la joven Woodlock, solo para asegurarse de que estaba bien. Esas fueron las únicas cartas que Ophelia pareció recibir y siempre le dieron un poco de esperanza. Como si todo fuera a estar bien. Como si fuera a estar bien.
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—Esta clase va a ser mi muerte— Woodlock dijo dramáticamente mientras se caía en su asiento.
—Honestamente, si tengo que escuchar a este sapo rosado hablar una vez más, me volveré loca— Macy se quejó mientras se sentaba junto a Ophelia.
—Hey cuatro ojos— Miró a su derecha para ver a Draco, tomando asiento en la mesa junto a las chicas.
—Malfoy— Saludó mientras su cara se ponía roja.
—Todos abran sus libros de texto en la página 282 y comiencen a leer. No hablen— dijo Umbridge a la clase. Ophelia puso los ojos en blanco mientras hojeaba su libro.
No había duda de que Harry era 100 veces mejor enseñando que Umbridge.
Ophelia se subió las gafas por la nariz y empezó a -leer- la página del libro de texto. Aunque ninguna de la información pasaba por su cabeza. Nunca lo hace.
Woodlock sintió ojos clavados en el costado de su cabeza. Miró al escritorio de Parkinson y Malfoy para ver a Draco mirándola directamente. En lugar de apartar la mirada como suele hacer cuando ella lo encuentra mirándolo, le dio una pequeña sonrisa.
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Las mariposas volaron alrededor de su estómago mientras hacía contacto visual con el rubio.
Vio como ella se sonrojaba e hizo que los latidos de su corazón aumentaran.
El la deseaba. Y un Malfoy siempre consigue lo que quiere.
