◇Capítulo 15◇

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A veces tengo miedo de mi corazón, de su hambre constante de lo que sea que quiere. La forma en que se detiene y comienza otra vez.

-Edgar Allan Poe

***

Anya Smirnov:

Desde el suceso con el enmascarado no me he sentido del todo bien. Sentía que me estaban observando, que estaba siendo observada constantemente y aunque cuando estaba con Jade me olvidaba de esa sensación igual volvía a surgir cuando él se iba.

Me sentía en peligro, como sí algo fuese a atacarme en cualquier momento. Me repetía continuamente que nada pasaría, que estaba siendo exagerada y que tenía que tranquilizarme.

Hace rato había pasado la hora del almuerzo. Jade se había ido a hacer algo, pero no me había dicho que era ese algo. No sabía qué es lo que hacía cuando no estaba conmigo ¿iba a ver a alguien más? Porque ¿qué otra cosa se podría hacer en este lugar que no sea estar con otra persona? Yo estaba en la biblioteca, no había otro lugar recreativo/interesante.

Solté un suspiro y cerré el libro que estaba leyendo.

Debo dejar de pensar en ello, probablemente tan solo fue al baño. Me levanto y registro el libro que me llevaré. Camino tranquilamente entre los pasillos hacia no se dónde. Aún no podía creer lo que éramos, lo que todos acá significaban y que por eso mismo había alguien tratando de matarnos.

Eso me hizo tener escalofríos. Los vellos de mi cuello se levantaron y el presentimiento de estar siendo vigilada regresa nuevamente con más intensidad. Me doy vuelta sobre mi eje pero no encuentro nada fuera de lo normal, personas caminaban de aquí para allá concentrados todos en sus asuntos. Nadie parecía especialmente resignado en vigilarme.

Suelto un suspiro y vuelvo a mi camino. No tenía idea de porqué sentía que algo malo iba a pasar en cualquier momento, como si algo fuese a chocar contra el edificio y acabar con todos.

Tienes que estar tranquila Anya, nada malo te va a pasar. Estás rodeada de personas, es pleno día, hay cámaras y guardias. Es un lugar totalmente seguro ahora.

Anya.

Me tropiezo con mis propios pies al escuchar mi nombre en una ronca voz susurrada.

No mires atrás Anya.

Me volteo rápidamente, tan rápido que casi me caigo pero logro recuperar nuevamente el equilibrio. Veo para todos lados buscando la fuente de lo que escucho, pero no veo a nadie. Absolutamente nadie está cerca de mí.

Iremos a un lugar mejor.

—¿Quién-Quién ha dicho eso? —susurro a nadie en particular.

¿De verdad lo había escuchado o estaba en mi cabeza?

Aturdida comencé a caminar rápidamente.

Un lugar mejor.

Se repite haciendo que comience a correr y entre en la primera puerta que veo. Me apoyo en ella al cerrarlo como si las voces se quedaran detrás de ella. No entendía nada de lo que pasaba.

Miré al rededor dándome cuenta que me encontraba en uno de los baños del internado. Bien, necesitaba un respiro. Al menos no había entrado en el baño de los chicos.

Dejé el libro a un lado en la encimera del lavamanos. Abro el grifo dejando salir el agua, agarro entre mis manos y me echo en la cara. ¿Estaré escuchando voces? ¿Fue por no dormir bien? ¿Me estoy volviendo loca?

El Internado Miethrickson ©Where stories live. Discover now