004. tendrás que seguir intentándolo.

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𝗿𝗶𝗱𝗲 𝗼𝘂𝘁
𝘁𝗵𝗲 𝗳𝗮𝘀𝘁 𝗮𝗻𝗱 𝘁𝗵𝗲 𝗳𝘂𝗿𝗶𝗼𝘂𝘀


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Las voces y la música resonaban por toda la casa. La fiesta estaba en todo lo alto y eso hacía que los invitados se animaran cada vez más.

Jerrica daba una y otra vuelta a su habitación, mordiéndose las uñas por los malditos nervios. Ella estaba segura que si seguía así acabaría dándole un síncope.

      — Jem, quieres calmarte.— entró su hermana a la habitación mientras se acercaba a ella.

Ella subió sus cejas y respiró haciendo aspavientos.— Sí, claro. Me calmaré cuando sepa que Dom está bien.

Mia negó con la cabeza mientras dejaba que la joven empezara a morder uno de sus lápices, se acercó a una de las paredes de la casa apoyándose en ella y intentando calmar un poco su cabeza. El ruido de la gente y los sonidos que emitía Jerrica no ayudaban a que ella pudiera tener la mente despejada.

Oyó movimiento en la calle, y se giró para ver que podía estar ocurriendo. Y aquella escena la sorprendió, claro que lo hizo.

Eran Brian y Dom saliendo de un taxi, uno que ambos habían compartido. Mia sonrío y le silbó a su hermana para que se levantara y se acercara a ella.— Mira a tu chico.

Jem miró por el cristal de su habitación, sonriendo como una tonta enamorada al ver al chico que había en la acera delante de su casa. No apartó la vista de ellos en ningún momento, y cuando vio como el chico del bocadillo de atún se marchaba escuchó atentamente.— Cuídate.— dijo el.

Dominic miró en su dirección, y se arrepintió de haber dejado que el tipo que le había salvado el culo se fuera así sin más, así que izo lo que creyó que fue conveniente.— ¡Oye Spinler! ¿Una birra?

Brian se giró hacia el Toretto mayor, y sonrío, tal vez acabaría pidiéndola ver.— Si, claro.

Jerrica abrió sus ojos sorprendida mientras bajaba su mirada, llevaba puesto un pijama de ositos rosas.— Mierda.

Toretto y Spinler entrar por la puerta de la casa, haciendo que algunas de las miradas se dirigieran al que había ganado la carrera de la noche. Leon, que se estaba divirtiendo en el sillón con una chica rubia, subió sus cejas sorprendido.— ¡Dom tío! Estábamos a punto de salir a buscarte.

Él lo ignoró, pasando así con paso decidido hacia el otro comedor, buscando con la mirada al único que de verdad había creído que le salvaría el culo.— ¿Dónde estabas?

Vince se rascó la nuca mientras dejaba la cerveza que anteriormente sujetaba en una mesita.— Había mogollón de pasma. Llegaron de todas direcciones. Iban la ostia de organizados.

𝗥𝗜𝗗𝗘 𝗢𝗨𝗧 | fast and furious (in edition)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora