002. fijaos en el muñeco de nieve

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𝗿𝗶𝗱𝗲 𝗼𝘂𝘁
𝘁𝗵𝗲 𝗳𝗮𝘀𝘁 𝗮𝗻𝗱 𝘁𝗵𝗲 𝗳𝘂𝗿𝗶𝗼𝘂𝘀


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Jerrica salió hecha una furia del coche de su hermano, golpeando con fuerza la puerta para que pudiera cerrarse. Se había cabreado y eso no era bueno.

     — ¿Qué demonios te pasa?— frunció el ceño su hermano.

Ella subió las cejas indignada.— ¿Qué que me pasa, Dom?— chilló entrando a su casa. Sus pasos resonaban a cada centímetro que avanzaba para ir hacia su habitación.— No tenías derecho o chillarle a Brian.

Dominic movió sus manos siguiéndola por la casa, había tenido una pelea delante de su bar, ¿y esperaba que él no hiciera nada?— Se estaba peleando delante de mi local Jem, ¿querías que me quedara sentado en una silla en vez de ayudar? Te recuerdo que fuisteis tú y Mia las que me chillasteis para que saliera y lo arreglara.

      — Para que lo arreglaras, no para que riñeras al pobre y lo amenazaras con su empleo.— ella soltó todo el aire que tenía en los pulmones y respiró agitada, haciendo que su hermano la mirara con una ceja alzada y sin tocar el tema porque sabía que la pequeña tenía razón.— ¿Qué?

Dom se cruzó de brazos mientras se apoyaba en el marco de la puerta de la habitación.— Te gusta, ¿verdad?

Vaya, no sabía como responderle a eso.

Jerrica gesticuló con la cara lo que posiblemente sería una respuesta, haciéndole fruncir el ceño a un confuso Dominic.— Yo...— pronunció sin saber qué decir.— Me voy con Héctor. Nos vemos en la carrera hermanito.

Su hermano sonrío viéndola dirigirse hacia el baño, preparándose para ir a ver a su amigo. Sabía que ella no lo admitiría, y no la culpaba. Los Toretto eran orgullosos de naturaleza. Pero estaba seguro de que a ella le gustaba el rubio del bocadillo de atún.

Al menos un poquito.










Jerrica llegó junto con el grupo de Héctor conduciendo su Honda Integra Typer R de color amarillo y llamaradas naranjas y rojas, mientras chirriaba rueda al aparcar. Bajó de su coche con unos pantalones negros ajustados y una camiseta de tirantes con botones a presión. 

Todo el mundo admiró tanto a su coche como a ella, haciéndola sonreír con los halagos y comentarios sinceros que sus amigos de carreras le hacían.

Subió el capó de su coche dejando ver el motor que llevaba. Más miradas celosas y comentarios halagadores se sumaron en el ambiente. Aunque hoy no correría, le gustaba dejar claro que ella era una Toretto, y que junto a su hermano, eran los que llegaban siempre primeros a la línea final de la carrera.

𝗥𝗜𝗗𝗘 𝗢𝗨𝗧 | fast and furious (in edition)Where stories live. Discover now