Capítulo 16

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—¡Ayúdenme!—apenas entre al hospital con Lucien inconsciente en brazos grite por ayuda.

Las enfermeras y médicos se llevaron a Lucien en una camilla apenas vieron su herida de bala.

Camine de un lado a otro de la sala de espera por lo que me parecieron horas hasta que por fin vi a un doctor que me hacía señas desde lejos. Me acerque lo mas rápido que pude a el y lo atosigue con preguntas sobre como estaba Lucien.

—El muchacho esta estable—me informa el medico—pero necesita cirugía para extraer la bala y en su actual condición es imposible.

—¿a que se refiere con "su actual condición"—inquirí.

—Hemos encontrado células cancerígenas en su sangre—Explica el medico a la vez que suspira— Es tan joven que a muchos nos resulto imposible creer que tuviera cáncer a su edad.

—Espere un momento—abrí y cerré la boca varias veces—¿ca-cáncer?—Tartamudee 

En ese momento se me vino a la mente cuando hace solo unas horas Lucien me estaba diciendo que moriría de todas maneras ¡A eso se refería! no era que su madre lo fuera a matar sino que su propia enfermedad lo haría por el.

No pude evitar sentir una pena el chico, se estaba muriendo y solo quería pasar sus últimos meses sin tener que soportar a su vengativa madre. pero yo por otro lado también me sentía culpable, como si lo estuviera arrastrando al abismo lentamente al tratar de llevarlo con su madre. No tenía opción, era el o yo y nuevamente debía tomar una decisión para salvar o arriesgar mi vida.

La cosa era que yo ya sabía en el fondo de mi corazón lo que elegiría, mi decisión seria la misma que había tomado al cortar el hilo de mi destino y desviar la profecía hacia Percy: Yo elegiría mi supervivencia.

—¿sabes Jessica?—el medico que seguía estando a mi lado me pregunto de repente— Yo aun me pregunto como es posible que un semidiós sufra de cáncer.

Apenas el doctor dijo la palabra "semidiós" abrí los ojos como platos, no era posible que fuera un humano común y corriente, El no estaba cegado por la niebla pero tampoco era un monstruo ¿entonces que era?

Decidí no quedarme a averiguar que clase de criatura era aquel que estaba en frente mío y opte por otra opción, Corrí lo mas rápido que pude hacia la habitación en la que se encontraba Lucien y trate de despertarlo pero debido a la cantidad de sedantes que los médicos habían aplicado despertarlo era imposible.

Empecé a desconectarlo de los aparatos que habían puesto en su cuerpo para contar sus latidos  dispuesta a cargarlo si era necesario con tal de irnos de ahí.

—¿Creíste que te dejaría ir Jessica?—voltee hacia la puerta y pude ver al medico con una sonrisa propia de un demente—Hace mucho que no veía por aquí a dos semidioses tan prometedores, tu debes ser hija de Poseidón y el.....es algo difícil de descubrir...no parece ser muy poderoso pero contigo me basta.

Saque mi arco y cogí una flecha de mi carcaj a la vez que le apuntaba a el doctor, apenas tuve el ángulo perfecto dispare, no lo pensé por un solo segundo, la ultima vez que me había demorado en disparar Lucien había resultado herido.

Pero la flecha en vez de impactar en el pecho de el doctor se clavo en una criatura de tamaño descomunal que se había sobrepuesto para protegerlo, Su parte frontal era parecida a la de un águila gigante. Tenía plumas doradas, un pico afilado y unas garras amarillas con  patas largas. Mientras que su parte posterior era la de un león, con pelaje amarillo, musculosas patas y cola larga. Esa descripción encajaba perfectamente con la definición de un Grifó.

—¿Te gustan mis bebes Jessica?—el doctor que seguía estando atrás de el grifo río de una manera siniestra.

¿Bebes? ¿eso significaba que habían mas de esos? de por si tener que lidiar con uno yo sola ya era un reto, pero encargarme de mas de uno sería básicamente imposible.

—¿Quién mierda eres tu?—le grite sin entender nada—¿Cómo demonios se supone que puedes controlar grifos?

—Solo diré que soy alguien bendecido por los dioses—apenas dijo aquellas palabras el medico empezó a carcajearse— ¿no te parece que son los mas generosos de el mundo? debe ser porque gracias a ellos es que el mundo y los seres humanos existimos, gracias a ellos hay equilibrio en la tierra.

—Estas demente—recargue mi arco con otra flecha dispuesta a terminar con el medico de una sola vez, no podia dispararle a el pero al menos intentaría deshacerme de el grifo—no entiendo porque los dioses bendecirían a un lunático como tu.

Casi podía ver la expresión de rabia de el sujeto de los grifos, lo ideal era crear una distracción primero y luego deshacerme de el grifo pero a falta de tiempo decidí enojarlo para luego dispararle, le dispare al grifo lo mas rápido que pude y vi como la flecha se le clavaba en el pecho pero en vez de derrumbarse en el suelo avanzo hacia mi y Lucien.

El pánico me invadió pero en vez de acobardarme seguí disparando a todas partes de el cuerpo de el grifo, no parecía ceder de ninguna manera, nada de lo que hiciera lograba calmarlo y no podía intentar controlarlo usando agua ya que el mar estaba muy lejos de el hospital.

Seguí disparando hasta que solo me quedaron tres flechas en el carcaj, ya no sabía que hacer, el grifo estaba a solo unos pasos de mi y por la puerta ya empezaba a acercarse un segundo Grifo.

Pero de repente alguien se acerco por detrás de el segundo grifo y le corto el cuello, lo único que pude ver fue como el cuerpo caía a el suelo pero no comprobé quien era el que lo había matado ya que trataba de deshacerme de el primer grifo.

Volví a dispararle pero esta vez al ojo sin embrago fue inútil, justo a unos segundos de ser devorada por el grifo escuche la hoja de una espada cortar el cuello de el grifo y vi a este desplomarse.

No fue hasta que el grifo se desplomo que pude ver la cara de mi salvador, estaba empapado de sangre y llevaba en las manos su característica espada contracorriente pero a pesar de no poderle ver bien la cara lo reconocí de inmediato por aquellos ojos azules que eran iguales a los míos.

—¿No te dije que me dejaras llevar a mi sola a Lucien?—gruñí— ¿Qué se supone que estas haciendo aquí Percy?

En vez de responder Percy simplemente me sonríe.

—Hola Jess.


La hija de PoseidonWhere stories live. Discover now