Me sentía tan cansada que, sinceramente, lo único que estaba deseando era poder llegar al apartamento para poder cenar, ducharme e irme directa a la cama; y más después de lo largo que se había hecho el día de hoy.

Durante toda la mañana, tanto los chicos como yo habíamos estado practicando las coreografías de las canciones que ya habían sido grabadas para el nuevo álbum, a la vez que ellos "repasaron" las coreografías de las canciones que estaban cantando en cada concierto.

En cuanto llegó la hora del almuerzo, dimos por finalizado la práctica, para a continuación, nada más terminar de comer, todos nos separamos para así poder hacer cada uno nuestras propias "actividades". En mi caso había decidió adelantar un poco más la composición de mis canciones, pero no duré mucho tiempo con esa tarea, ya que tuve que irme al gimnasio para poder hacer mi rutina de ejercicios diario.

Deje escapar un suspiro cansado entre mis labios, a la vez que desviaba mi atención del pasillo hacia la mochila que estaba colgando de uno de mis hombros, para a continuación abrir la cremallera y comenzar a buscar mi teléfono móvil, ya que si no recordaba mal, lo había guardado allí mismo antes de que comenzara mi rutina de ejercicios.

- Maldición, ¿dónde está? - murmuré en voz alta para mí misma mientras continuaba moviendo mi mano por el interior de la mochila intentando encontrarlo; realmente esperaba que se encontrase allí, porque si no, eso significaría que tendría que dar media vuelta y dirigirme de nuevo hacia el gimnasio para comenzar una búsqueda.

Giré una esquina, aún con casi toda mi atención puesta en buscar mi teléfono móvil en mi mochila, cuando de repente sentí como me chocaba contra el cuerpo de otra persona.

Un pequeño grito escapó de mis labios a la vez que daba un salto hacia atrás con rapidez, ya que realmente me había sorprendido. Mis ojos se abrieron como platos y con rapidez dirigí mi mirada hacia adelante, notando que con quién me había chocado era nada más ni nada menos que Namjoon.

- Madre mía - murmure, sintiendo como empezaba a sentirme avergonzada - Chuesong-hamnida Namjoon-shii, estaba tan distraída que no te he visto, ¿kwenchana?

Mediante iba pronunciando aquellas palabras, iba realizando algunas reverencias, a la vez que no levantaba mi mirada del suelo en ningún momento; lo único que estaba deseando era que la tierra me tragase en ese mismo momento.

- No tienes por qué preocuparte, Elisabeth-shii, no pasa nada  - al escuchar aquella respuesta, no tardé en levantar mi mirada algo confundida, encontrándome de que Namjoon me estaba mirando con una suave sonrisa en sus labios.

- ¿Chonmal? - pregunté, sin estar segura de sí había escuchado bien sus palabras; tal vez, el cansancio me estaba haciendo imaginar cosa, todo era posible.

- Ne, de verdad - repitió, con un tono de voz seguro - Fue solo un pequeño "accidente", no ha pasado nada. Además, kwenchana, así que puedes estar tranquila.

No pude evitar que un suspiro de alivio escapara de mis labios, llegando ser un poco sonoro, lo cual causó que la sonrisa de Namjoon se hiciera un poco más grande.

- Menos mal - dije, ya sintiéndome un poco más tranquila que antes, justo a la vez que colocaba bien la mochila que colgaba en uno de mis hombros, olvidándome de lo que estaba haciendo antes de encontrarme, o más bien, chocarme con Namjoon.

- Por cierto, ¿cómo que aún sigues por la agencia? - me preguntó Namjoon, con un tono curioso en su voz - Pensé que era el único que quedaba por aquí.

- Oh, eso es porque acabo de terminar de entrenar, y estaba a punto de volver antes de chocarme contigo - le respondí, con una pequeña sonrisa en mis labios - ¿Y tú, Namjoon-shii? ¿Cómo que aún sigues por aquí?

IdolWhere stories live. Discover now