- ¿Kwenchana, Elisabeth-shii? - me preguntó Jungkook casi en un susurro, a la vez que me miraba directamente a los ojos, aprovechando un momento en el que tanto Jin como Yoongi no estaban prestando atención.

Me pareció ver un pequeño indicio de preocupación en su mirada, a lo cual simplemente sonreí; en todo este tiempo, había notado que uno de los "rasgos" de Jungkook era que se solía preocupar de que todos los que le rodeaban estuviesen bien, aunque se podría decir que todos ellos tenían ese mismo rasgo, ya que se preocupaban y cuidaban los unos de los otros.

Además, desde el día que le conté a Jungkook sobre mi trasplante, note como se había vuelto un poco más "atento" cuando hacíamos alguna actividad física, como por ejemplo en las practicas, o cuando ambos coincidíamos en el gimnasio.

- No te preocupes, Jungkook-shii, kwenchana - respondí, sin dejar de sonreír en ningún momento - Anda, corre, que los demás te están esperando.

Jungkook se quedó mirándome por unos segundos, para a continuación asentir con la cabeza simplemente. Se incorporó y comenzó a dirigirse hacia donde los demás le estaban esperando, con la música empezando a sonar por los altavoces de la sala.

- Muy buen trabajo el día de hoy, Elisabeth-shii - al escuchar aquellas palabras que me decía una voz conocida, mi cuerpo se paró un momento, para a continuación, girarme levemente para poder mirar hacia atrás

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- Muy buen trabajo el día de hoy, Elisabeth-shii - al escuchar aquellas palabras que me decía una voz conocida, mi cuerpo se paró un momento, para a continuación, girarme levemente para poder mirar hacia atrás.

Aquella voz era de nada más ni nada menos que de mi entrenador personal, el señor Choi Young-Soo, quien se encontraba terminando de colocar todo lo que habíamos estado utilizando para el entrenamiento en su respectivo lugar.

- Kamsamnida, Young-Soo-nim - no tardé en agradecer, con una pequeña sonrisa cansada en mis labios.

- No tienes por qué agradecerme, estás haciendo un buen avance - fue lo único que dijo el hombre de mayor edad, a la vez que paraba un momento de ordenar todo y dirigió su mirada hacia el reloj que colgaba en una de las paredes del gimnasio - Ya se está haciendo tarde. Vuelve a tu casa y descansa, mañana también hay entrenamiento.

Chua-yo - respondí, asintiendo con la cabeza - En ese entonces, anniong-haseyo.

- Anniong-haseyo - no tardó en repetir, a la vez que su atención volvía a estar en lo que estaba haciendo.

Manteniendo aquella pequeña sonrisa que se encontraba en mis labios, volví a girar mi cuerpo hacia el frente y no tardé en terminar de cruzar el umbral de la puerta del gimnasio, saliendo hacia el pasillo sin que nadie interrumpiese mi acción esta vez.

Comencé a caminar por el pasillo, dirigiéndome hacia donde sabía que se encontraba el ascensor que me llevaría hasta el aparcamiento. Cada vez que pasaba por el lado de un miembro del staff, les saludaba levemente, para así no ser descortés ni nada parecido; aunque había algo que estaba tomando la mayor parte de mi atención y era el deseo de poder llegar al apartamento que compartía con los chicos de una vez por todas.

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