Cuarta Navidad: Un regalo para Giovanna

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Para: Giovanna

De: Tu hermano favorito

(En serio, ¿por qué tuve que ser yo quien te obsequiara a ti?)


–Cayden, se supone que deben adivinar la persona a quien debes obsequiarle, no de quien viene el regalo. Además, es la tercera tarjeta que arruinas. ¿Te parece divertido?

–No. ¿Es que no está claro? –inquirió, mostrando a su esposa, Stella, la tarjeta en la que había estado escribiendo–. ¿Por qué precisamente a Giovanna? ¡Creo que estuvo arreglado!

–¿Arreglado? ¡Es la primera vez que te toca a Giovanna!

–¿Eh? Sí, claro –contestó, apartando la mirada–. ¿Comemos algo?

–¡Detente ahí, Cayden Sforza! –Stella se paró frente a él–. ¿Por qué no me miras? ¿A dónde crees que vas?

–¿No tienes hambre? ¿Quizá podríamos...?

–¿Acaso tú...? –le echó una mirada acusadora, como si la hubiera traicionado. Supuso que, dado el apego de Stella a las tradiciones, así era cómo se sentía–. ¿Cambiaste tu papel?

–No sé qué quieres decir.

–Cayden.

–Bueno, yo...

–¡Cayden!

–Está bien, me rindo. Sí, puede ser que lo hice una o dos veces.

–¿Una o dos veces? ¡Es apenas el cuarto año de la tradición!

–Sí, ¿verdad? Entonces, probablemente sean tres veces.

–¿En todas las oportunidades te tocó a Giovanna? –Stella lo miró, incrédula, antes de romper a reír.

–No es gracioso.

–Lo es. Demasiado. ¿Y por qué esta vez...?

–Nadie ha querido cambiar –curvó la comisura de sus labios–. Pero, aún puedo lograr que...

–Ni lo sueñes. Te quedarás con quien te ha tocado y no protestarás más.

–Pero...

–No. Y no intentes averiguar quién estaría dispuesto a cambiar. Te vigilaré estrechamente –advirtió, entrecerrando los ojos.

–Eso es algo a lo que no me verás oponerme jamás –Cayden cerró la distancia entre ellos, la tomó en brazos y la besó por un buen rato, hasta que Stella olvidó las tarjetas, el regalo y hasta la amenaza.


***


Cayden sostenía distraídamente a Kieran en brazos, mientras Stella daba vueltas por la pista de patinaje con Camden. Observó a su alrededor y encontró a Sienna, quien era llevada de la mano por Anne, la hija mayor de su hermana Giovanna.

Este año, Giovanna y su familia habían llegado antes a Italia, como para recordarle a Cayden que seguía posponiendo la elección del regalo que debía dar ese año. ¿Por qué no se había apresurado a amenazar alguno de sus hermanos para que cedieran y cambiaran? Ninguno había querido salvarlo del apuro, y, ¿acaso eso no era muy Sforza de ellos?

Aun podía escuchar las carcajadas de Kevin cuando se lo había pedido. "¿De nuevo? –había dicho– lo siento, pero esto es demasiado divertido. Es un no." Christabel había dicho algo similar y había sido su última opción para cambiar. Así que, por esta vez, se había quedado atorado con Giovanna. Y sí, atorado era la expresión correcta porque si había una persona a la que no sabría qué regalar, ni estaba seguro de querer saber, era su hermana mayor.

Navidades de la familia Sforza (Sforza #6.5)Where stories live. Discover now