Quinta Navidad (II): Un regalo para Christabel

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Para: Christabel

De: Giovanna

¡Gran idea! Gracias por la nueva tradición, Christa. Feliz Navidad.


–¿Sigues sorprendido con mis habilidades para elegir regalos? –inquirió Giovanna elevando la mirada para encontrarse con los ojos azules de su esposo–. ¿Qué? –insistió, ante su expresión escéptica.

–Solo no sé si sea lo más adecuado –habló, dudoso–. Es algo... ¿frío?

–A primera vista, quizá. Pero es precioso y hay calidez si sabes buscar. Tal como Christabel.

–Si tú lo dices... –asintió, poco convencido.

–No lo digo, lo sé. Y sabrá entenderlo.

–Solo empácalo entonces, Giovanna, que necesitamos dejar todo listo para el vuelo de mañana. Sale muy temprano.

–¡Uf! Realmente no me anima la idea de viajar.

–¿Por qué no? Siempre te ha gustado y no se te hace pesado... –Luke volvió a mirarla con atención–. ¿Te sientes mal?

–No –soltó con firmeza Giovanna, y colocó su mano en el brazo de él en forma tranquilizadora– No –repitió, porque sabía que, de vez en cuando a su esposo aún le asaltaban temores de hace mucho tiempo.

–Bien, pero si no estás...

–Luke, estoy bien. Y realmente no quiero perderme esta Navidad con el resto de mis hermanos en Italia. Así que, ve por una de las maletas donde pueda guardar esto –señaló hacia el regalo que había terminado de envolver.

–De acuerdo –Luke se acercó a besarla en la frente antes de alejarse a cumplir su pedido.


***


En Italia y cómodamente sentada en el sofá del salón de la Mansión Sforza, Giovanna sonrió al observar a su hermano menor marchándose con su muy embarazada esposa. Kevin lucía absolutamente feliz, tanto que daba la impresión de que en cualquier momento se pondría a saltar y reír de pura dicha. Sí, sin duda habían sido una suerte de acertadas decisiones los matrimonios de cada hermano Sforza.

Se incorporó y un ligero mareo hizo que se detuviera. Puso la mano en su frente y frunció el ceño. No se sentía enferma. Hace unos días que habían llegado a Italia así que no creía que fuera el cambio de horario. Definitivo. No se sentía en absoluto...

Puso una mano sobre la boca, la otra sobre su estómago y corrió a su habitación.

Enferma.

No. No le pasaba nada. Solo había devuelto por algo que le había sentado mal. ¿Qué más podía ser?

Aunque ella no era una mujer que se enfermara con facilidad. La única vez que se había sentido tan repentinamente mal había sido...

En el primer trimestre de su primer embarazo. Oh, cielos. ¿Era posible? Claro, era posible pero poco probable, ¿no?

¿Estaba embarazada? ¿Lo estaba? ¡Tenía más de cuarenta años y su último embarazo había sido hace más de once años! Vaya... sorpresa se iba a llevar Luke, y toda la familia, si sus sospechas se veían confirmadas.


***


Navidades de la familia Sforza (Sforza #6.5)Where stories live. Discover now