necesitaba continuar así. De ese modo, aturdida podía dejar de sentir tanto dolor. No comprendía cómo se me había arrebatado todo aquello a lo que podía adherirme al mundo. No quería ser rescatada, deseaba que el dolor me ahogara y me llevara con ellos.
El ser humano tiene ese instinto de preservación que lo hace parecer indolente, cuando en realidad está tan herido y roto que solo es un guiñapo, rastrojos de lo que un día fue, solo un recipiente lleno de oscuridad.
Dejé un capítulo de días oscuros entreabierto. Desde entonces,
así se encuentra mi vida. Es de esa manera como he rescrito sobre páginas grises la vida que tengo en la actualidad, no he borrado lo imborrable, para mi infortunio la vida no es como las páginas de un diario, en las que, si te equivocaste al escribir una palabra solo la tachas o borras con corrector y rescribes sobre ella u optas por arrancarla y no pasa nada, no duele y no se padece. En lo que se parece es, en que si has escrito en ellas es difícil que puedas reutilizarlas y escribir sobre las mismas otra historia, otras palabras.
Me inventé una vida para poder continuar a flote en una serie sucesiva de días grises.
El silencio inopinado, es como si ambos tuviéramos mucho que decirnos, solo que claudicamos.
Y mi nombre suena irreal en sus labios. Es como si se deslizara cada sílaba con presuntuosa sensualidad.
Drummond nunca se da por eludido. ¿Por qué acepté esa invitación? Él suele afectar mi sistema.
Sigo aturdida, porque mis recuerdos de él no le hacían justicia.
De nuevo siento como mi rostro se torna carmesí entre la vergüenza y la euforia desplazándose rápida por mis venas, me siento como una adolescente ante el chico que más le gusta, él viéndose impecable y devastador y yo sintiéndome el patito feo en el estanque. Un total cliché de la romántica.
¿Y ahora, por qué demonios tengo que estar sintiéndome así con él?
Él me mira como si fuera un espécimen extraño, y su mirada, aunque controlada exhibe cierto instinto salvaje que te hace desear saber qué es lo que piensa y siente en el momento, ese fulgor solo se ve en quienes desean y son apasionados. Sin premeditación alguna siento una necesidad eufórica por saber cuánta pasión acumula este hombre.
Yo lo admito, no lo niego. Quiero sexo… Soy una mujer adulta y con necesidades que suplir
Nada más pensar su nombre, produce en mí escalofríos placenteros por toda mi piel.
Tanto brillo y tanta magia. Tanto amor, cualquiera podía predecir entonces con solo mirarnos, una vida plena y feliz.
¿Por qué será que algunos tienen que irse antes de cumplir con sus propias expectativas? ¿Qué razón puede haber ante la partida involuntaria de alguien joven y amado, con tanto amor para dar? Esas y muchas más interrogantes me atosigan cada día, continúo enojada desde que todo se escurrió entre mis dedos como agua y sal, la rabia enmudece a veces mi dolor cuando no puedo respirar.
Jamás tengas miedo de decirme lo que piensas, no quiero que dejes de ser la inquisitiva, perspicaz e intrépida Annabelle solo porque estás conmigo. Algo que quiero de ti, es que no te ocultes de mí. Es revitalizante ver ese brillo que exhiben tus ojos cuando quieres indagar sobre algo, pero que ocultas tras el silencio para no parecer, atrevida… ¿Quizás?
...el mundo no se ha hecho ni de los débiles, ni para los débiles, se ha hecho por los valientes y fuertes, los que no importa lo que pase no se doblegan ante las adversidades, se adaptan
Creo que en este mundo se necesita más humanidad y humildad
Debo ser distante muchas veces al actuar y mantener bajo control mis emociones.
Con Miedo a Amar - Emma Richardson
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