CAPITULO 71

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me estaba arreglando para fiesta del compromiso, estaba en  la alcoba acompañada de tres mucamas, una arreglaba mi cabello otra mis uñas y otra el maquillaje, era estresante esta situación, aparte de que los nervios me dominaban, me  provocaba escapar por la ventana de la alcoba, sin que nadie me viera y refundirme en el bosque frondoso que tiene el palacio alrededor, para que  me comiera un lobo, pero no sabía si  uno de cuatro patas o qué carajo, con tal de desaparecer y olvidarme en la que estaba metida, para mi edad me sentía como un cuento de hada, pero ese que te secuestra el malvado y no el príncipe de tus sueños , avece me gustaría ser besada por un sapo que por mi propio hermano – ya por favor déjenme sola – les digo a las muchachas, ellas me miraba angustiada por la hora, y todavía no me vestía  – princesa no podemos irnos hasta que no esté vestida, en poco empieza la fiesta y no demora en subir el Rey por usted – respire agotada y resignada, volví y me senté al frente del espejo – sigan entonces – les dijo suspirando exageradamente mi pecho subía y baja. ¡Dios dame fuerza!

Luego de ponerme el elegante vestido de una princesa, tocaron la puerta era mi padre que venía con traje de gala, como todo un Rey que es, es un hombre encantador y los años no le pasaban, esos ojos encantadores como los de mi hermano. – ya está lista ¿mi princesa? - si su majestad – contestaron las tres

– que esperamos- metí mi brazo por el de él – estas hermosa hija mía – gracias padre – le respondí sin tanto ánimo, - me miro  y se detuvo en el camino – te sientes bien – si padre – mírame,  me analizo, lo siento hija, de pronto esto no era lo que querías, pero el destino los unió de esta manera – asentí con la cabeza – descuida padre, entiendo todo, abra una boda sin ningún problema – en dos meses sere la esposa del príncipe. – él me sonrió y asintió, caminamos por los largos pasillo y empezamos a bajar escalones ya que el palacio es de tres pisos y yo me encontraba en el tercero. – eso si me sentía como cenicienta cuando encuentra el príncipe y llega al baile, pero creo que al equivocado, más bien era el baile de la princesa Fiona, y temía ser secuestrada por el dragón de fuego, luego esperar que venga el indicado a liberarme, pero en este cuento si no habría un rescate más bien una resignación al aceptar el príncipe equivocado – ay Dios que mente la mía, ya tengo delirio con todo esto.

Cuando llegamos  a la entrada del salón, estaba Cristofer esperándome, me miraba como un niño mirando sus golosinas sus ojos parecían dos luceros, me tomo de las manos depositando un beso en ambas – estas hermosa mi princesa – me dijo – lo miré y sonreí solo mostrando mi dentadura. Nos compusimos y procedimos entrar al salón donde los invitados empezaron aplaudirnos y darnos la bienvenida. Mis nervios me estaban traicionando hasta el lecho de que mis manos empiezan a sudar y mis pies se enredaban al caminar, el príncipe me mira – ¿estás bien? Me pregunta y yo asiento con un si bajito para que nadie nos escuche – no parece, te veo incomoda – lo miro a los ojos – no  es normal, para mi estar en esta situación con mi hermano ¿no te parece? Frunció las cejas y si sus ojos mataran ya estuviera bajo tierra. Miro hacia al frente para ignorar su mirada, pero sentí que no me la quitaba, hasta que me pellizco la mano. ¿Qué...? Se me acerco al oído, - después hablamos – con gusto le respondí demostrándole que no le tenía miedo. 

– cuando me iba a responder se nos acercaron y empezaron a felicitarnos por nuestro compromiso. Me separé y me reuní con Noria y Suchy que se encontraban en la fiesta – "Victoria que felicidad por ti" me dice Suchy, mientras Noria me miraba intrigada, se acercó y me abrazo – te deseo suerte amiga, se por lo que estás pasando, pidale a Dios que te de resignación esta situación que estás viviendo – debemos hablar, antes de casarte debes de desahogarte. – mis ojos quisieron llorar  alce la vista para que no me salieran las lágrimas y llamar la tensión de las personas, practicamos un buen rato y después se hizo el anuncio de nuestra Boda, me pare al frente donde Cristo fer se puso de rodilla y el anillo de compromiso en mi dedo y haciendo las promesas de su amor, todos aplaudieron y felicitaciones iban y venían. Todo transcurrió tan lento y no veía la hora de irme a mi cama a descansar de este día agitado. Mi padre tomo el micrófono y les empezó a dar las gracias a las personas que habían asistido, poco a poco  todos se fueron retirando y dejando los detalles de nuestra Boda ya que acá tenían esa tradición, me pare a mirar todo lo que habían dejado y sentía tristeza al recordar la Boda con Gustavo el día que me case, todo fue tan lindo y emotivo ya que nuestro amor lo era todo, al contrario de este, porque me estaba casando por conveniencia, en un momento me acorde de mi padre ese día cuando me hizo la broma de encerrarme en  la alcoba, para que no me casara, ya que sentía miedo de soltar a su hija en brazo de otro hombre que no era él. Cuanta falta me haces padre y te extraño tanto.


Cuando ya todos se fueron me retire a la alcoba en compañía de mis dos amigas, mientras Cristofer se quedó con sus amigos festejando y mis padres.

Vicky – que hermoso fue la fiesta – yo las mitré y les sonreí – amiga cuéntame que te pasa, te veo triste. Mientras ella me preguntaba había un hombre que intentó entrar, pero se frenó al escucharnos hablar sin que nos diéramos cuenta – mis lagrima empezaron a salir – hay no llores Vicky – que te pasa – me pregunta Suchy – no.... sé qué hacer estoy desesperada de esta situación, no quiero dar un paso con esto, pero la vida ha sido injusta con migo, yo no  amo a Cristofer, no siento nada que no sea amor de hermano, no puedo corresponderle como mujer y él no quiere entender, me seduce y para mí esto es un fracaso de parte de él, siento miedo que el día que nos casemos, me sentiré violada por mi hermano, esto es un asco para mi , yo sé que en el pasado nos equivocamos sin saber lo que era nuestra vida en el futuro.

 – me detengo absorbiendo mis mocos, y sigo hablando - estoy odiando todo esto, no era lo que quería, no era este mi sueño, siempre soñé estar al lado de Gustavo y mira que la vida con él fue un total desastre y a pesar de todo siempre será la única persona que podre amar, mi corazón no quiere dejar de entrar a nadie y no puedo obligarlo. – hay amiga – las dos me abrazan con fuerza – lo sentimos. No exaltamos cuando abrieron la puerta con brusquedad. Mis amigas se separaron sorprendida de la manera como entro Cristofer, ellas le hicieron reverencia y me miraron – Vicky, nos vemos mañana descansa – buena noche príncipe, él no respondió. – me levante de la silla del tocador y me dirigí al baño para ponerme el pijama, lo deje ahí ignorándolo totalmente.

me desvestí, y me puse el pijama, mis ojos vagaron hacia la cama donde se encontraba sin ropa, solo en el bóxer. Moví la cabeza de un lado a otro negando su actitud. – ¿que? - me dice – lo miro a los ojos y le sonreí – nada, solo que ya lo estas cogiendo de costumbre desvestirte ante mis ojos. – y...- que no tienes vergüenza hermano mío. – cuando menos me lo espere se levanto de un golpe y me tomo del brazo jalándome a la cama, empezó a besarme a la fuerza y yo lo empujaba, o le esquivaba la cara para no aceptarlo. Como no me deje empezó a besarme el cuello tratando de zafarme la pijama, como pude le plasme mi mano en su lindo rostro,  al ver lo que yo acaba de hacer, quedo en shok y me miro por un buen rato a mis ojos. – ¿estás loca?.

 – no.... Aquí el loco eres tú. Quiere hacerme tuya a la fuerza, y eso no lo voy a permitir, sobre mi cadáver, lo empuje alejándome de él. – señalándolo con el dedo le dije, te me largas de la alcoba ya.... – me miro con rabia y ni siquiera si inmuto a levantarse – te lo estoy pidiendo de buenas ganas por favor – como te parece que no pienso salir de aquí – aquí voy a dormir, eres mi prometida y te casaras conmigo – me cruzo de brazo y lo miro fijamente retándolo – lo acabas de decir, soy tu prometida no tu esposa, porque aún no estamos casados, y tan solo por eso te exijo respeto hasta el día de la boda, así que te me vas. Se levantó resignado de la cama y salió mirándome a los ojos, esto no queda si – me dijo con una risa picara – solté el aire que contenía en mis pulmones y me dirigí a mi cama para fin descansar de esta tortura. 

LA DAMA DE WINCHESTERWhere stories live. Discover now