Nadie pensó que el chico que soñaba con pintar el universo acabaría encerrado entre cuatro paredes y una ventana opaca. Nadie pensó que Jin, quien se rendía fácilmente y no conocía nada más que la protección de un pequeño pueblo, sería la marca de t...
К сожалению, это изображение не соответствует нашим правилам. Чтобы продолжить публикацию, пожалуйста, удалите изображение или загрузите другое.
El señor Kim suspiró cansado y miró a Jungkook, llevaba mucho tiempo tratando de ayudarle a superar sus miedos e inquietudes y a veces pensaba que sencillamente ese chico no tenía intenciones de curarse. Estaba más a gusto en un sanatorio o en la casa de en un extraño que en su propio hogar, eso era algo que se afirmaba una y otra vez con el paso de los días. No importaba el tiempo que pasase pues Jeon Jungkook siempre terminaba por negarse a regresar a casa, incluso cuando muchos doctores se habían ofrecido a ayudarle en el proceso de adaptación. Tal vez el problema estuviera en sus padres y no en él sin embargo, ¿existía alguna figura materna o paterna que acéptase ser culpable de todo aquello que su hijo o hija sentía? Por un momento casi se sintió culpable, estaba siendo demasiado duro con Jin. Ya nada quedaba del niño dulce y alegre que su hijo solía ser hace tantos años.
–No quiero volver. - la voz de Jungkook lo arrancó de sus pensamientos y volvió a centrarse en su trabajo. Ese chico lo necesitaba más, Seokjin era lo suficientemente mayor como para buscarse la vida por sí mismo.
–¿Por qué? - sabía la respuesta pero quería escucharla saliendo de los labios de su paciente.
–No lo sé, demasiados recuerdos agridulces - Jungkook suspiró y miró el techo mientras jugueteaba con sus manos. Apretaba sus dedos nervioso, se mordía las uñas y arañaba sus brazos de vez en cuando en una clara muestra de nerviosismo que el señor Kim no dudó en analizar. - Nunca me ha gustado mi casa, ni mis padres, ni siquiera el barrio donde vivíamos.
El doctor observó discretamente la manera en la que el agorafobico rasguñaba la piel bajo sus muñecas, tratando de hacer menos notable la ansiedad. Anotó una vez más la descripción acerca del daño físico que el muchacho se autoinflingia cada vez que tocaban una conversación medianamente incómoda para él. Probablemente sus padres lo abandonaron mucho o lo protegieron demasiado, de cualquier forma Jungkook no había aprendido nunca a lidiar con el estrés. Le gustaba la total tranquilidad y ese accidente destrozó una mente que desde un inicio se había mostrado débil en muchos aspectos.
–Sí lo sabes, Jungkook. - el psiquiatra hizo una pausa para observar a su paciente. - Cuéntamelo, puedes hablar conmigo.
Jin observaba la escena con una mueca de rabia desde la esquina. Su padre jamás había querido escuchar ni uno solo de sus problemas, se sentía prácticamente estúpido sintiendo envidia de un pobre chico que ni siquiera lograba expresar lo que pensaba sin entrar en una especie de trance. Podía ver como Jungkook enterraba sus uñas en la piel de sus brazos buscando el dolor físico, y de repente los moratones que se difurcaban por el largo de la cara interior de estos tenía sentido. Lo había visto el día anterior, cuando Jungkook se quitó la sudadera para ponerse el pijama, primero puso sus ojos sobre la espalda musculada del chico y después sobre los brazos, encontrando ese musculo que había captado su atención pero también señales liliáceas en toda la extensión de su piel. En un sanatorio no podría hacer nada en contra de su vida, le quitaban todo lo que pudiese resultar peligroso, aún así las finas uñas de sus manos tenían que crecer lo suficiente para poder ser cortadas y ahora estaban lo suficientemente largas como para causar un desastre de arañazos debido al estrés de la charla.
Seokjin siseó, le daba grima ver como Jungkook se hacía eso. Y pena, realmente su corazón se llenaba de tristeza al comprobar que una persona tan joven se encontraba en ese estado. En otras circunstancias Jeon habría sido el chico bonito que cualquier chica vería como un novio ideal, amable y talentoso además. Alguien que no dañaría a ninguna persona de forma consciente, un ser humano que le había demostrado sentirse culpable tras la pequeña discusión que ellos mismos compartieron algunos días atrás.
–Después del accidente... - su padre asintió escuchando a Jungkook hablar. - Todo cambió, no me gusta eso. Mis padres han cambiado, quisieron superarlo con una nueva vida y me apartaron de todo lo que amaba.
De nuevo el psiquiatra escribió algo sobre su cuaderno con lentitud, casi con parsimonia. Era como si ya conociera todas las respuestas antes de realizar en voz alta las preguntas. Conocía a la perfección a ese chico, uno de sus más antiguos pacientes.
–¿Tiene eso algo que ver con tu miedo a socializar o tu miedo a enfrentarte al mundo y las personas de este?
La pregunta surgió efecto en Jungkook quién por un segundo dejó de arañarse a sí mismo para mirar al doctor con la duda marcada en los ojos. Jin volvió a poner atención, sentía curiosidad.
–¿Qué haces Jinie? - la voz de Dae lo interrumpió en medio de los pensamientos turbios que el rostro del pintor mostraba.
–Ag, Dae, sube arriba. Quiero saber a quien mierda ha metido papá en casa. - su hermano río, definitivamente nunca podría engañarlo.
-Es sólo curiosidad, ¿a qué sí? - dijo caminando hasta su escondite en la esquina - Yo también quiero saber más de Kook. Sabes que es bueno, no hay ningún peligro en él pero probablemente le ocurrió algo.
Jin frunció el ceño ante el apodo que su hermano le había puesto a ese idiota, solo se conocían desde hace unos días y su inocente hermano ya estaba tratando de hacer los peores amigos. Sus elecciones solían ser más peligrosas que curiosas.
Y tal vez si Jin no fuese tan paranoico, él habría caído ante las bonitas sonrisas de Jeon Jungkook desde el primer instante. Aquel muchacho sonreía muy poco, sin embargo cada vez que lo hacia su mirada se iluminaba por completo.
– No. No es curiosidad, hay un loco en nuestra casa y no puedo dormir tranquilo.
–En el sentido estricto de la palabra... no está loco, no hace locuras. Solo siente miedo del exterior. Mucha gente comienza a tener agorafobia ahora, dicen que se debe a....
–Da igual Dae, dejame escuchar.
El más pequeño de los Kim guardó silencio y se escondió detrás de su hermano, igual de curioso acerca de Jungkook que el mayor. Era una persona nueva y a DaeHyun le gustaba conocer gente, incluso si a veces lo tachaban de raro o inconsciente. No podía evitar querer tener amigos, podría probar a entablar amistad incluso hasta con el diablo si eso le quitaba la soledad. Sin Jin estaría realmente deprimido.
–Bien Jungkook, me alegra que me hayas confiado ese secreto. No creó que sea tan grave como piensas pero prometo no decir nada. - la voz de su padre era tan monótona y desinteresada que Jin no lograba entender como era de los mejores en su campo de trabajo. ¿No creaba vínculo con sus pacientes o simplemente tampoco le importaban?
– Si es grave doctor. - la voz de Jungkook estaba ronca por la necesidad de llorar, le dolía la garganta mientras cerraba la boca y se mordía el labio demasiado fuerte.
–Créeme, para alguien objetivo, es un sencillo detalle que nada influye en los acontecimientos que ese día tuvieron lugar en tu vida. - su padre suspiró y forzó una sonrisa. - Venga, eres lo suficientemente listo como para comprender que no podrías haber hecho nada para evitarlo. ¿Cierto?
–No lo sé, hace mucho que no sé nada señor.
La mirada de Jungkook revoloteó alrededor de la estancia hasta encontrarse con unos ojos curiosos. En otra ocasión podría haber resultado gracioso o incluso adorable la manera en que Jin se apartó y cayó sobre el suelo al comprender que había sido descubierto, pero lo cierto es que en ese instante Jungkook sólo logró temblar de ira. Había revelado su secreto mejor guardado y el hijo del doctor lo había oído.
–¿Qué has escuchado? - se levantó totalmente ido por la sensación de exposición que la situación le provocaba.
Sus manos fuertes casi volaron hasta el cuello del sueter de Seokjin antes de empujarlo con fuerza contra la pared y alejarse por unos instantes tratando de tranquilizarse. Jin gimoteó adolorido y se encogió con miedo al notar como el chico caminaba de nuevo hacia él. Jungkook levantó el puño dispuesto a golpearlo, y todos los recuerdos de Jin, de su padre castigandolo con golpes en el pasado... todo el horror que vivió de niño regreso a su mente. Un gritó de pavor se escabullo de su boca. Todo su cuerpo temblaba ante la idea de tener que recibir de nuevo golpes como consecuencia de sus errores.
Como su padre solía hacer cuando cometía errores. Hacía mucho que esos recuerdos no recorrían la memoria de Jin, porque hacía mucho también que su padre había desaparecido de su vida.
-¡Nada! - gritó notando el temblor de sus piernas. - No he escuchado nada.
El golpe de Jungkook nunca llegó. El muchacho solo se quedó quieto observando a Jin, arrepentido por la forma en la que había reaccionado al pensar que uno de sus mayores secretos había sido escuchado. Arrepentido también por notar el pánico en los ojos de esa persona con la que desde hace semanas convivía.
-No.. no voy a pegarte Jin. - y era cierto, no era una persona violenta a pesar del impulso que solo un minuto atrás lo había obligado a empujar con fuerza a Seokjin. Había levantado su puño, pero en el instante lo había retirado.
A Jungkook no le agradaba la violencia. Odiaba ver a las personas intercambiando golpes para resolver conflictos.
-Él no lo hará pero yo sí. - el doctor Kim apartó a Jungkook y antes de que cualquiera de los ahí presentes pudiese moverse tan siquiera un poco, el golpe resonó con fuerza dejando la señal de un hilo de sangre esparcida por el suelo y la boca de Jin.
Jungkook lo miró perplejo luchando con el instinto de defender a Jin mientras sostenía a Daehyun tras su espalda. El hijo de su doctor temblaba de puro miedo y se abrazaba los brazos evitando la mirada del señor Kim.
–Nunca aprendes subnormal.
Seokjin se bloqueó, buscando aire mientras miraba de reojo a su padre subir al primer piso de la casa. En cuanto la puerta de la habitación del piso superior se escuchó, Dae salió del escondrijo que Jungkook le había proporcionado y corrió rápidamente para cubrir con sus brazos en un cálido intento de abrazo a su hermano mayor.
–Jin... yo... siento lo que ha ocurrido. - confesó Jungkook.
Pero los dos hermanos estaban demasiado sumidos en los malos recuerdos como para prestarle atención y él se sentía demasiado culpable como para apartar la vista del chico que ahora se mostraba tan débil y asustado ante sus ojos.
-Iré a por el botequin del baño. - susurró antes de dejarlos solos, entendiendo que los hermanos Kim necesitaban un segundo a solas.
"Noticias de última hora, según la versión de una enfermera el muchacho podría haber escapado por miedo. En las últimas semanas había estado hablando acerca de que alguien trataba de lastimarlo, sin embargo el resto de enfermeras han negado esto y lo han adjudicado a un simple rumor. "
------------
Hoy van dos para compensar la tardanza en actualizar.
