Capítulo XI

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Pasaron el rato ojeando el kama sutra yaoi y la infinidad de posturas que contenía.

También miraron alguna revista porno yaoi. De lo más ilustrativas, que por cierto, no dejaba nada a la imaginación.


Jimin solo de imaginarse haciendo esas cosas con Yoongi, se le puso tiesa como un poste, igual que a Jungkook, que hacia ya un buen rato que se había llevado a Taehyung a la habitación y podía oír sus gritos de pasión a pleno volumen.

Cabrones afortunados

Ya que el tendría que conformarse con aliviarse con su mano derecha.

Cuando hubo descargado su lujuria. Se fue a la cocina ya que le había entrado un hambre de lobos. Busco ramen por todas partes, pero nada.

—Pues me voy al Ichikaru- fue a su habitación y cogió su dinero. No se molesto en decirle a los chicos que salía, porque dudaba que lo echaran en falta, ya que seguían dándose lo suyo.

Salio y se dirigió a toda prisa a Ichikaru, se moría por un cuenco de ramen, o mas de uno. Cuando llego, saludo al viejo y a su hija y enseguida le pusieron delante su pedido, termino y otro mas y otro y otro y otro y otro, hasta casi acabar con las existencias del Ichikaru.


Cuando tuvo la barriga bien llena, se fue contento en dirección a casa de Jungkook y esperaba que ese par ya hubieran terminado su apasionado encuentro.

—Vaya, por fin te encuentro dobe —dijo una voz muy conocida a sus espaldas.


Jimin se volvió y vio al causante te todo sus problemas.

— ¿Y porque me buscabas? Ahora vuelves a estar necesitado de otro polvo. Pues lo siento por ti, pero yo no estoy dispuesto a complacerte— mentira cochina, se moría por tirarse a Yoongi ahí mismo, en la calle. Pero el sexo con el estaba prohibido por ahora. Hasta que no fuera un pervertido en toda regla, así que de aquello na de na.

— Para que negarlo. Si, me gustaría echarte un buen polvo ahora mismo— dijo sonriendo con lujuria— Y tu también te mueres por uno, no lo niegues.

—Piensa lo que quieras baka.

—No me digas que todavía sigues con esa tontería del amor- se rió Yoongi —entre nosotros solo puede haber sexo y cuanto antes lo aceptes mejor, así podremos disfrutar de lo lindo —se acerco a el —Jimin. Entiende no te quiero, no te quiero, no te quiero.

El rubio no mostró emoción alguna ante sus palabras y dijo.

—Bien, has terminado ya de decirme que no me quieres. Porque tengo cosas mas importantes que hacer, que escucharte a ti — empujo al moreno, ya que se había acercado demasiado a el — me voy a casa de Jungkook.

Yoongi lo cogió por el brazo cuando empezó a alejarse, tenía el ceño fruncido.

— Y ¿porque a casa de ese tarado? ¿Porque no a la tuya?

—No lo sabias?, me he mudado con él y Taehyung. Como tienes la mala costumbre de meterte en mi casa sin ser invitado, he tenido que tomar medidas.

—¿Es que acaso me tienes miedo dobe? — inquirió el Mundo levantando una ceja.

Jimin se soltó de un tirón del agarre del moreno.

—En tus sueños imbécil. Es que simplemente no me apetece ser tu puta, tal como te dije. Y ahora, adiós.

Y se alejo hacia la casa de Jungkook, sintiendo la mirada del azabache todo el rato sobre el.

Le había dolido que le dijera el la cara que no lo quería, pero no había dejado ver cuanto.

—Ahora eres tu el que me haces sufrir a mi, Yoongi baka, pero ya te llegara la hora, maldito bastardo. Solo espera y veras.

Cuando llego a su nueva casa, vio a la parejita muy acaramelada en el sofá. Por lo menos ya habían terminado con lo otro.

— Ha donde has ido, mochi?- pregunto Jungkook cuando lo oyó llegar.

—He ido a comer ramen al Ichikaru- respondió el rubio, sin mencionar el encuentro con Yoongi. Se sentó en una silla —Y ¿Todavía no ha llegado el rey de la perversión?- pregunto.

Quería empezar cuanto antes con todo eso, así antes podría darle una lección al bastardo de Yoongi.

-Pues tendría que estar al llegar- dijo Jungkook mirando la hora, en ese momento sonó el timbre de la puerta.

—Hablando del rey de Roma — se levanto y fue corriendo a abrir la puerta.

—¡SENSEI!— grito Jungkook.

— Mi kookie pervertido, cuanto tiempo — oyó una voz que le resultaba algo familiar, pero no conseguía asociarla con una cara.

— Ven que te vea Jimin, esta algo nervioso por saber quien eres.

Apareció Jungkook de nuevo en el salón y detrás de el, el que seria su nuevo profesor de practicas.

En cuanto vio quien era, jimin abrió los ojos como platos

- ¡TU!...

No podía creérselo, ya que la persona que estaba junto a Jungkook, la que le dedicaba una sonrisa lujuriosa, era nada más y nada menos que:

Min Hoseok...

Con ustedes el poderoso único e inigualable Min Hoseok!!!! 💜💜💜💜💜

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Con ustedes el poderoso único e inigualable Min Hoseok!!!! 💜💜💜💜💜

PURA PERVERSIÓNWhere stories live. Discover now