VAYA PAR DE EMBARAZADOS (STEREK & NOAHTER)

-Epílogo-

Cinco años después...

Dos niños corrían por alrededor de las piernas del Hale jugando a pillarse.

-Ian, Elías, por la cocina no se corre- advirtió Peter.

Noah entró portando en brazos a una preciosa niña de cabello oscuro y ojos azules de apenas tres años.

Su nombre, Claudia.

-¿Qué os ha dicho papá? No se corre- repitió.

Peter se giró al castaño mostrando una incipiente barriguita.

Acercándose hasta el sheriff y la niña, asió de la carita a la pequeña Claudia, aproximó la suya y frotando la nariz de ella con la suya, murmuró:

-Mmmm  ¿Como está la princesa de la casa?-

Ella rió divertida y echándole los bracitos al cuello, dijo:

-Papiiiii, me haces cosquillas, jiji-

Noah miraba, dichoso, al castaño.

¡Como había cambiado!

Bajando los ojos los detuvo en el vientre de Peter para, acomodandose a la niña bien, aproximar la mano hacia la barriga del Hale y acariciarla.

¡Sería el cuarto hijo que le daba!

Pero claro, para Peter no eran tantos...

¡Por el amor de Dios, él era un lobo!

Así es que el sheriff decidió poner fin al aumento de población, al menos por su parte...

Y lo hizo.

Se practicó una vasectomía.

Bueno, él mismo no.

-¿Van a venir o no?- preguntó a Peter.

-Me ha llamado Stiles diciendo que tardarían- contestó éste.

-¿Y eso?- se interesó el sheriff deponiendo a su hija en el suelo.

-Los trillizos sufrieron su primer cambio anoche y mi sobrino tuvo que salir  con ellos para que aprendieran a controlarlo-

¡Dios!

Noah empezaba a creer que Derek producía espermatozoides que aumentaban las cabezas.

Primero fueron mellizos y ahora trillizos.

¿Qué sería lo próximo?

¿Cuatrillizos?

-¡Ay Señor!-  resopló llevándose la mano a la cara.

-¿Qué te pasa?- inquirió Peter.

-Tu sobrino podía observar la idea de hacerse la vasectomía-

-Ummmm, no creo que lo observe nunca- se burló Peter.

-Pete, solo entre ellos dos han aumentado en cinco habitantes más el censo de Beacon Hills- apuntó el sheriff -¿Qué pretende, convertir a mi hijo en una..."loba" de verdad y hacer que tenga hijos sin parar?-

-Da gracias a que entró por el aro y no ha cumplido con la ley de la naturaleza o entonces no sólo tendrían cinco hijos- se mofó el castaño oscuro.

Noah rodó los ojos.

Justo en ese momento la puerta de casa se oyó para, como torbellinos, entrar corriendo dos niños de cinco años y tres de tres años.

Detrás de ellos, aparecieron la parejita por excelencia.

Derek y Stiles.

Éste último con una tripita de en torno a cuatro meses.

-Ooo no-se sulfuró.

-¿O no qué, papá?-

Noah señaló el vientre de su hijo para, temblandole la voz, exclamar:

-¿¿Otra vez Stiles??-

Peter cogió un puñado de patatas y  dándose media vuelta decidió salir de la cocina a la vez que llamaba a los niños.

-Creía que lo sabías  ¿No te dijo Peter?- se extrañó Stiles.

Mirando al Hale menor, Noah achicó los ojos y le señaló:

-Oyeme bien, chucho pulgoso-

-¡Papá no le llames eso!-

-Está bien Stiles- calmó Derek -No me voy a enfadar-

-¿Es que piensas  dejar embarazado a mi hijo cada vez que a ti se te antoje?-

-Papá él no...-

-No le defiendas más Stiles-

-Yo puedo defenderme solo- alegó Derek - Y como defensa diré que éste embarazo fue premeditado por Stiles-

-¡Venga ya!- agitó los brazos  Noah

-Dice la verdad, papá- afirmó Stiles.

El sheriff miró, atónito, a su hijo.

-No hablas en serio-

-Sí, sí lo hago- respondió Stiles.

-¡Que tenéis cinco, cinco hijos!- espetó al borde de un ataque de nervios Noah -¿Es que no son suficientes?-

-Nunca me gustó ser hijo único así que no dejaré que mis hijos estén solos- aclaró Stiles.

-¡Nooooo si precisamente solos no van a estar!- rió nervioso su padre.

-Derek viene de familia numerosa- defendió el castaño.

-¡Solo eran tres hermanos!- exclamó Noah.

-Bueno, yo también iba a por un tercero pero...vinieron tres- se excusó Stiles.

-Y aún así...¿Vuelves a hacerlo?-

-No me gustan los números impares- alegó Stiles.

-¿Has sopesado que, posiblemente, tal vez exista la remota posibilidad de que en vez de uno ahora sean...cuatro?- objetó su padre.

Stiles miró a Derek y éste, a su vez, al castaño.

-Solo es uno- calmó el moreno.

-Eso espero- resopló Noah.

Y aunque exteriormente había puesto el grito en el cielo, internamente estaba feliz.

Feliz de ver que su casa volvía a estar llena de vida y risas gracias a un maldito y psicótico lobo que se le apareció en su cocina hace, ahora, cinco años...

Y del cual había acabado loca e irrevocablemente enamorado.

Como toda una familia, ambas parejas y los hijos de cada una, se acomodaban en la mesa del jardín donde disfrutarían de una barbacoa de fin de semana.

Entre las risas de sus hijos y nietos, la cara de felicidad de Stiles, la expresión de dicha de Derek y la de alegría de Peter, Noah se enorgulleció por haberse dejado tentar por el lobo.

Y si volviera a repetirse...

Volvería a hacer todo exactamente como lo hizo.

Eso sin ninguna duda.

-FIN-