18- El Reencuentro

4.7K 442 238
                                    

Nervioso, asustado, ansioso, eran algunas de las palabras que describían las emociones del omega. El sabía que estaba a punto de pasar, algo que en su vida hubiera imaginado, le daban nauseas solo de pensarlo, pero había algo que lo preocupaba más... Su bebé.

Estaba embarazado de varias semanas ya, el sabía que en el peor de los casos podría mantener relaciones sexuales mientras que su bebé no sea prematuro o haya problemas con su placenta, pero tenía una fuerte sensación de que si Kurogiri se llegara a enterar sobre lo que llevaba en su panza no lo aceptaría bajo ningún término.

-Vamos princesa- habló Kurogiri- Te vamos a presentar a tus clientes- sonrió.

-¡¿CLIENTES?!- pensó el rubio, pensaba que era uno no más- ¿No era uno nada más?- habló tembloroso.

-Si es uno, si son dos o mil, ¿a vos que mierda te importa?- contestó enojado- Dejá de quejarte trola de mierda- las palabras quedaron clavadas en Keigo.

Comenzó a llorar por el maltrato, pero lo ocultó para no hacer enojar a Kurogiri. Las cortinas se abrieron, un hermoso bar se encontró frente de nuestro omega, varias bailarinas coqueteando con hombre borrachos, alcohol yendo de un lado a otro, algunas veces acompañado con sustancia ilegales.

-Esa mesa de allá- señaló Kurogiri- Ellos son tus clientes.

Trató de visualizarlos, pero no pudo había mucha gente pasando así que tuvo que acercarse. A medida que se acercaba visualizaba los rostros de sus clientes, el primero que vio fue a un hombre rubio claro con una barba creciente, el segundo era otro hombre con el pelo gris y unos labios extremadamente secos y al último no lo pudo visualizar hasta que llegó a la mesa.

-Ya llegó nuestra comida al parecer- habló el hombre rubio mirando al omega de arriba abajo.

Keigo estaba totalmente helado en su lugar, su mirada estaba plantada en el tercer miembro de sus clientes, el cual también tenía su mirada clavada en él.

-Te dije Toya, hacer negocios conmigo no son ninguna tontera- habló el peligris.

Tanto Toya como Keigo estaban helados en su lugar, el segundo quería gritar que lo sacará de allí, pero sus músculos no reaccionaban- Todo estaba saliendo como lo habíamos planeado- habló Toya- No hay necesidad de hacer esto- imploró al peligris.

-Esperemos que siga así o tu pequeño omega va a pasar el resto de sus días siendo una puta barata hasta que ya no sea precisado para este trabajo, lo que conllevaría a una agonizante y lenta muerte- terminó de hablar el peligris.

Keigo sudaba frío, quería desaparecer, rogaba que todo fuera un mal sueño y aunque le doliera, deseaba nunca haber conocido a Toya y menos haber concebido a una futura persona en su vientre.

-¿Qué quieres?- preguntó Toya- Ya te di todo lo que podía.

-Exacto- lo señaló con el dedo- Todo lo que podías, es por eso por lo que quiero más de lo que puedes darme- sonrió malvadamente.

-¿Y como hago eso?- preguntó asustado.

-Bueno, eres uno de mis mejores espías- el peligris cruzó sus piernas- Me ayudaste a hacer justicia con la empresa de tu padre, conseguiste la información necesaria para tener a más de la mitad de empresas del país colgado de nosotros- relamió sus labios- Pero necesito que hagas un último trabajo, infiltrarte en nuestro en el bando enemigo y asesinar a su líder- volvió a sonreír.

-¡Eso es completamente un suicidio! Sabes que si lo lograra toda esa banda me buscaría por venganza, no solo a mí a toda mi familia entera- habló Toya histérico.

-Es por eso que tenemos a toda tu familia- rió, Toya se quedó duro en su lugar- Nosotros te protegeremos, después de todo seríamos la única banda mafiosa de estas tierras, además no tienes opción, reitero tenemos a toda tu familia.

Toya volvió a mirar a Keigo y luego bajó la mirada hacia su vientre- Lo haré, pero dale un lugar digno para vivir- señaló al omega- No puede estar viviendo en estas condiciones.

-Nos hacen falta prostitutas omegas y él es bastante apetitoso- habló el hombre rubio para luego guiñarle el ojo al omega.

-Por favor, te lo imploro- Toya se arrodilló y suplicó.

-Lo único que puedo hacer para que viva mejor es que Kurogiri lo tenga de favorito- habló el peligris- Tómalo o déjalo.

-Ok, pero ¿puedo hablar con él?- preguntó Toya.

-Ok- suspiró.

.

.

.

.

Keigo y Toya se metieron en unas de las habitaciones utilizadas para mantener relaciones sexuales, pero lo menos que iban a hacer ahí era eso.

-¡¿Qué es toda esta mierda?!- gritó Keigo llorando a mas no poder- ¡¿Sabes las mierdas por las que estoy pasando?! ¡Me quieren PROSTITUIR!

-Cálmate por favor- Toya trató de tranquilizarlo.

-¿En qué mierda estás metido? Y no me mientas Toya Todoroki- habló amenazante.

-No te he sido del todo sincero con mi profesión, pero no hay tiempo de explicar, ¿acaso no seguiste las instrucciones que te di por teléfono?- preguntó el pelirrojo.

-Lo hice... ¡Y los mafiosos estos estaban dentro de mi casa!- gritó enojado- Haz lo que tengas que hacer, pero sácame de aquí y a tu hijo también, que por si no te olvidaste, ¡ESTOY EMBARAZADO!- la furia dentro de los ojos de Keigo, era algo que nunca había visto Toya.

-Lo haré, pero quiero que tengas esto- le entregó una daga pequeña- Escóndela bien y utilízala, y solo utilízala cuando veas que no voy a poder venir a buscarte- habló serio el alto- ¿Me lo prometes?

Keigo dudó en si utilizar la daga ahora para incrustarla en el cuello de Toya por todo lo que le estaba haciendo pasar- Lo prometo- lo miró serio.

-Me tengo que ir, pero te amo demasiado y te pido perdón por todo esto- lo abrazó fuertemente.

-La verdad que no sé si siento lo mismo, pero sin duda te extrañaré- ambos se despidieron.

Luego de que se fuera Toya, nuestro omega decidió irse hacia los vestidores, pero un brazo lo agarró fuertemente- Tu no te vas a ningún lado preciosura- el hombre rubio que había visto antes lo tenía agarrado de los brazos y sabía que sus intenciones no eran buenas.

.

.

.

*Perdón por el retraso, pero tuve las últimas dos semanas complicadas. Prometo subir capítulos más seguidos UnU*

Encuarentena2 (DabiHawks) -Omegaverse-Where stories live. Discover now