14- La Pregunta

5.8K 596 276
                                    

Pasaron varios días, en la cabeza de Keigo solo rondaba una pregunta, ¿Qué iba a hacer con su embarazo? Además, nadie aparte de Toya y su amiga Johana, sabían.

-¡No se que hacer!- gritó frustrado Keigo.

-Primero que todo cálmate- habló su amiga por videollamada- Se que es frustrante, estresante y horrible por lo que estás pasando, pero gritar no lo va a resolver- aconsejó.

-Tienes razón- respondió el rubio.

-Para hacer las cosas más fácil agarrá un cuaderno y una lapicera- ordenó la chica.

-¿Para qué?- preguntó.

-Haceme caso, ahora dividí la hoja en dos con una línea en el medio- dio indicaciones- Por último, en un lado pon "Pros" y en el otro "Contras".

-¡Listo!- exclamó el rubio.

-Bueno, ahora pensemos los pros y contras de llevar tu embarazo a cabo- la chica relamió sus labios- Lo más importante, ¿lo podrás mantener?- preguntó seria.

-Pues... ahora cuento con un capital lo suficientemente bueno para sostenerme a mí, pero Toya tienen un cargo importante en la empresa del padre, aparte que su familia es adinerada, lo que no sabemos es como se tomaran la noticia ya que no les dijimos nada- respondió el rubio.

-Ok... Puedes mantenerlo- afirmó ella- Vamos con tu educación, ¿crees podes seguir estudiando durante el embarazo y después de este?

-No creo... O sea, puedo estudiar mientras estoy embarazado porque es todo virtual por suerte, pero después tendré que cuidarlo y no podré hace ambas- respondió de nuevo.

-Entonces no podrás continuar tus estudios, pero puedes continuarlos después, si es que quieres- aconsejó- Y último, pero no menos importante, ¿Estás seguro de tener un hije a tu edad?

-No- respondió sincero- Pero creo que nunca lo estaré, en cualquiera de mis edades.

-Lo puedes mantener, no puedes seguir tus estudios y no estas seguro de tenerlo- contó ella- Tu trabajo y el de él van a seguir estando si es que tu jefe no los despide por haber concebido- terminó de decir.

-Lo sé, es lo que me aterra- Keigo comenzó a morderse las uñas por la ansiedad.

-¿Tienes un segundo?- preguntó Toya parado a su lado.

-Ehh...- el rubio miró hacia la pantalla y vió a Johana haciendo señas de despedida- Si, ¿Qué necesitas?- la llamada cortó.

-Pues... me tengo que ir por unos días- el pelirrojo se rascó la cabeza.

Un miedo terrible invadió a Keigo- ¿P..P..Por?- tartamudeó.

-Mi papá hizo unos negocios con la gente equivocada y tengo que viajar para calmar las aguas, prometo que voy a volver- agarró sus manos- Nunca te abandonaría- besó sus labios- Además llamé a mi padre y le conté la situación que estamos pasando...

-¡¿Y?!- preguntó nervioso.

-Me dijo que te vayas a vivir a la casa de él mientras yo esté de viaje, para que no estés solo y no corras ningún peligro- respondió, un alivio invadió todo el cuerpo de Keigo.

-Lo tomó bien- suspiró- No tengo problema en ir para allá, pero no quiero molestar a nadie, sobre todo a tu hermanito- recordó lo que le había pasado por cuidarlo.

-Tranquilo, a él no le molestaría- Toya le sonrió- Prometeme que no tomaras ninguna decisión hasta que regrese, quiero estar a tu lado no me importa que hayas decidido- volvió a juntar sus labios.

-Ok- el rubio estaba completamente ruborizado, no podía no amar a Toya.

.

.

.

.

Al día siguiente Toya llevó a Keigo a la casa de su padre, ese mismo día él tendría que viajar así que no pudo quedarse con el rubio mucho tiempo, pero si el necesario para escuchar a su hermanito llamar a su novio por un pronombre bastante divertido.

-¡Patas de pollo!- saludó el niño a Keigo.

-¿Patas de pollo?- preguntó el pelirrojo riendo- Buena esa- chocó los cinco con su hermano.

-Al menos ya no me llama "Señor Pollo", es una avance... creo- dijo Keigo.

-Bueno... Me tengo que ir- dijo Toya- Nos vemos luego pequeñin, y para ti- agarró al rubio y lo besó- Nos vemos en unos días- le sonrió.

-Adiós- le devolvió la sonrisa.

-Que asco- el niño hizo una mueca de asco- Vayan a besarse a otro lado- se quejó, pero al ver que ellos no le hacían caso se fue para otra habitación.

Luego de despedirse unas cuantas veces más, Toya finalmente se fue dejando a Keigo en su casa natal- Keigo- escuchó su nombre detrás de él, el tono de la voz erizó todos sus vellos.

-¡Jefe!- exclamó al darse vuelta.

-Primero que nada, felicitaciones o no, depende como te haya caído la noticia de tu embarazo, pero quiero agradecerte...

-¿Por qué?- preguntó Keigo confundido.

-Bueno, como ya sabrás mi relación con Toya no fue muy buena durante los últimos años, pero por ti hizo que nos uniéramos un poco durante estos días luego de que me haya contado la noticia- relamió sus labios- Personalmente también te considero parte de mi familia, eres uno de los pocos empleados en los que confío plenamente, así que, por tu embarazo y tu colaboración en mi relación con mi hijo, tendrás un aumento- terminó de decir.

-¡Wow!- exclamó sorprendido- ¿De verdad?- preguntó aún sin haber caído.

-Si, ahora dame un abrazo- se acercó a Keigo y se abrazaron.

El bajo se sonrojó un poco al sentir los grandes brazos de su jefe a su alrededor- Bueno, ¿A dónde es mi habitación?- preguntó sonriente.

-Búscalo por ti mismo, yo no soy empleado de nadie, además quiero que cuando termines de acomodar tu ropa me vayas a entregar unos papeles al banco- ordenó Enji.

Keigo soltó un largo suspiro- Bueno jefe...

Encuarentena2 (DabiHawks) -Omegaverse-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora