Capitulo 4

297 11 0
                                    

Capítulo 4.

Janemba

Los canticos de algunos pájaros se escuchaban en una cierta residencia, mientras que los rayos de sol iluminaban la habitación de un cierto azabache, este, con algo de molestia se había parado, se había tallado los ojos, para poder ver mejor, simplemente y por inercia se había parado de su cama, para después comenzar a caminar lentamente hacia el baño que estaba en su habitación, con algo de molestia y pesadez había girado aquella perilla, simplemente había entrado, para después cerrar la puerta detrás de él.

En eso el típico sonido de una regadera se había escuchado en el interior del baño, el azabache simplemente estaba pensativo, soltó un suspiro mientras que levantaba la cabeza para poder despejar sus ideas.

Flashback.

Podemos observar como un azabache como pelirubio estaban caminando por una calle donde muy pocas personas transitaban a esas horas, el azabache simplemente escuchaba lo que le decía su hermano, entre comilla, en vez de cuando este se reía por los comentarios de aquel joven, pero dichas risas habían terminado tras ver a una persona algo misteriosa para el rubio, pero muy conocida para el azabache.

Janemba, ¿Qué haces aquí? Yo te he eliminado con mi técnica rompedor de polvo estelar, tu existencia en este mundo no tiene ningún sentido.

Reclamo el sayayin conociendo los problemas que este enemigo puede ocasionarle en su nueva vida, el ser simplemente tenía una sonrisa malvada dibujada en su rostro simplemente corrió donde estaba aquel azabache y este, por instinto, simplemente arrojo al pelirubio lejos de este.

Janemba.

Grito aquel enemigo, pero a unos centímetros de llegar donde estaba el azabache este había desaparecido, dejando a ambos chicos sorprendidos, pero más al azabache, mientras que el pelirubio, simplemente estaba sorprendido, tras ver la expresión facial del azabache.

Gogeta san es el.

Trato de formular algunas palabras aquel pelirubio mientras que intentaba recomponerse, el azabache simplemente soltó un suspiro y camino donde estaba aquel rubio, simplemente extendió su mano para ayudarlo a levantarlo.

No le digas ninguna palabra a kushina san ni a minato san, no los quiero preocupar, yo hablare con estos a su debido tiempo, lamento que hayas visto uno de mis tantos enemigos que me he enfrentado a lo largo de mi vida, pero esta vez y como hermano, te pido que guardes este secreto, no pido que le mientas a tus padres, pero solamente omite este pequeño inconveniente que tuvimos.

Fin del flashback.

Desde ese día no he vuelto a sentir el ki de ese demonio, pero lo que más me ha de preocupar es el bienestar de la familia Namikaze, Nakano y la de Uesugi, si ese maldito de omega me ha estado espiando, como lo prometió, seguramente dañaran a estos, maldición, lo siento chicos por haberlos entrometido en mi vida.

Pensó el sayayin, mientras que aquel sonido que producía la regadera lentamente comenzaba a terminarse y solamente pasando a ser un goteo por el agua que estaba almacenada en la orilla de aquellas llaves.

Después de unos minutos o mejor dicho una hora, podemos observar como un azabache caminaba junto con un pelirubio, ambos conversaban de cosas triviales y simplemente y a toda costa el azabache evitaba tocar aquel tema de dicho enemigo, este simplemente miro de reojo a los cielos, para después soltar un suspiro algo pesado.

Maldición, hoy tengo que estudiar con las quintillizas y con Uesugi.

Pensó el sayayin mientras que veía como aquel pelirubio le comenzaba a gritar y estaba a todo su derecho, después de todo y de una forma incondicional, aquel sayayin se había perdido en sus pensamientos, como si en esos momentos el único que existía era aquel demonio conocido como janemba, pero no era lo que preocupaba, sino, aquellas quintillizas como su familia adoptiva e inclusive la familia de su amigo.

Un amor sinceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora