Estúpido Rockero🎸 (COMPLETA)

👨‍👩‍👧 Capitulo 21 "Final"

Maddie

El éxito que estaban teniendo Castiel y Lysandro era impresionante, habían lanzado una sola canción y ya era una de las más escuchadas, el estaba demasiado feliz, para celebrar quería prepararle algo especial.

Puse manos a la obra y comencé a cocinar, me ti la comida al horno y mientras esperaba a que se terminará de hacer me fui a acostar en el sofá, al parecer estaba tan cansada que sin darme cuenta me quedé dormida.

El olor a comida quemada me hizo levantarme de golpe, corrí a la cocina para darme cuenta de que toda la carne que había puesto en el horno estaba quemada y toda la cocina estaba llena de humo.

— Ya llegué — anuncio Castiel- traje el pan y lo que me... — se detuvo en seco al notar el desastre que había — ¿Qué fue lo que pasó? — pregunto, perplejo.

— Se me quemó la comida — murmuré, tenía ganas de llorar.

— ¿Tu estás bien? — se acerco hacia mi.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y negué con la cabeza, el dio otro paso y me rodeo con sus brazos y eso fue suficiente para que dejara salir las lágrimas.

— Me quedé dormida — solloce.

— No pasa nada, a todos nos ha pasado. —hablo con completa tranquilidad.

— Si pasa, mira este desastre, ahora no podemos comer.

— No pasa nada — repitió — podemos pedir algo.

— ¿Es que no lo entiendes? — lloriquee.

— Honestamente no se que es lo que debo entender, me sería de gran ayuda si me explicas.

— Es que si no soy capaz de cuidar la comida, ¿Crees que sea capaz de cuidar a nuestra hija?.

— Dudo que la carne se compare con un bebé.

— Hablo enserio.

— Y yo también, lo haremos bien, solo estabas demasiado cansada, no has dormido bien, es completamente normal que te hayas quedado dormida, Maddie.

— ¿Y si me quedo dormida cuando nazca la bebé? O peor aún ¿Si me quedo dormida durante el parto?

Él soltó una carcajada.

— Honestamente dudo que te puedas quedar dormida durante el parto — respondió, divertido.

Me le quede viendo, sería.

— Deja de reírte, esto no es un juego, mi miedo es real. - me solté de su agarre y lo vi con el ceño fruncido.

— Ya, entiendo que estés asustada y es completamente normal yo también estoy asustado.

— Si, pero no eres tú el que va a parir. ¡Me va doler!, ¿Y si no puedo?

— Tu eres muy fuerte, seguro que puedes con esto. Yo voy a estar ahí para darte ánimos y sostener tu mano — me atrajo nuevamente hacia el, recarge la cabeza en su pecho.

— ¿Aún que llore, grite y te aplaste la mano?

— Si, aun que llores, grites y aplaste mi mano.

— ¿Y si me dan ganas de golpearte?

— Bueno, supongo que tendré que llevar un casco para protegerme.

Me quedé un rato más recargada sobre su pecho mientras el acariciaba mi cabello.

— ¿Quieres que pida una pizza? — me despegue de el y asentí con la cabeza.

— Que le pongan doble queso.