Estúpido Rockero🎸 (COMPLETA)

🎸 Capituló 19

Maddie

— ¿De dónde sacan tantas notas falsas? — cuestione llevándome un pedazo de pan a la boca mientras sostenía el celular con la otra mano — Y peor aún, ¿Cómo es que la gente cree que son verdad?

— ¿De qué hablas? — inquirio Castiel quien estaba sentado frente a mi, tomando una taza de café.

Así eran todas nuestras mañanas, nos sentábamos a desayunar juntos.

— De lo que ponen en internet. ¿Qué nunca revisas tus redes sociales?

— Algunas veces, ¿Qué paso?

— Pues nada, ¿Sabias que nos vamos a casar en dos meses?, No se de donde se inventan esas cosas — negué con la cabeza.

— ¿Y no te gustaría? — levantó una ceja, divertido.

— ¿Eh?

— ¿Qué si no te gustaría casarte conmigo? — volvió a preguntar — es decir, ya hasta vamos a tener una hija.

— Yo... Bueno, hace unos meses no éramos capaces de mantener una conversación de más de diez palabras sin pelear.

— No me refiero a casarnos precisamente ahorita, ni mañana, tal vez en un futuro.

— En un futuro, puede ser.

— Bueno, entonces espera mi propuesta de matrimonio.

Entrecerre los ojos, viéndolo.

— Acabas de arruinarlo.

— ¿Qué cosa?

— La propuesta.

— ¿Qué? ¿Por qué?

— Cuando decidas proponerme matrimonio ya no va a ser una sorpresa porque ahora ya se que lo harás.

— Si, pero no sabes cuándo lo haré así que si será una sorpresa.

— Pero definitivamente lo voy a sospechar.

— Lo dudo, será en el momento que menos te lo esperes.

— Honestamente, creo que lo voy a saber.

— Ya lo veremos.

— No te preocupes, voy a fingir sorpresa.

— No va a ser necesario fingir nada porque te aseguro que si será una sorpresa — aseguro.

— Claro — respondí, divertida.

— No me creas, ya lo verás.

Sonreí antes de llevarme otro pedazo de pan a la boca aún sonriendo divertida. Me lleve una mano al vientre y voltee a ver a Castiel con los ojos abiertos, asombrada.

— Castiel — murmuré.

— ¿Qué pasa? ¿Te está doliendo? — negué rápidamente.

— Ven, acércate — pedí, tranquilamente.

No cuestionó, simplemente se levantó y se acerco a dónde yo estaba, tome su mano y la puse sobre mi vientre, no le quite la mirada de encima, ya varias veces había sentido los movimientos de la bebé, siempre le avisaba a  Castiel y para cuando llegaba la bebé ya había dejado de moverse.

— ¿La sientes? Se está moviendo — informe, sonriendo.

Una sonrisa se formó en sus labios al sentir los movimientos y podría jurar que estuvo apunto de derramar algunas lágrimas.

— Se mueve mucho — pronunció sin quitar la mano.

— Lo sé, debe estar contenta.

Se agachó a la altura de mi vientre.