Secretos a flote

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Un mes después

Un mes en el que YeoSang casi ni le hablaba, podía contar cada palabra que le había dirigido.

Quién algunas veces le hacía compañía en la escuela era MinGi, él era muy amable, siempre dispuesto a sacarle una sonrisa con su peculiar sentido del humor.

Lo poco que sabía del chico es que estudiaba allí por una beca, ya que no tenía dinero para los gastos completos de la institución, y la razón por la que nunca le vió antes es porque apenas había ingresado por tranferencia ese año.

En la mañana se encontró con Yeosang en la salida de la casa, él le pidió que le ayudara con una tarea, el castaño con mucho gusto accedió, tomó la hoja entre sus delgadas manos y observó con detenimiento, se trataba de unos ejercicios de matemáticas, los analizó y no eran muy complicados. Le invitó a irse juntos, pero él le dijo con un apice de altivez que se iría con su novio.

En la hora de receso lo buscó por todas partes para entregarle los ejercicios, pero no lo encontraba. Buscó y buscó hasta que le divisó junto a SeongHwa, dudó en llamarlo, pero decidió que lo haría, total seguía siendo su mejor amigo, quería aferrarse a ese título.

Se acercó viendo como el pelinegro lo miraba de pies a cabeza, cómo si fuese un extraterrestre.

—¿Yeo puedes venir un momento? —preguntó mirandolo, y el nombrado enarcó una ceja.

—¿Para qué?, ¿no ves que estoy ocupado? —preguntó en un tono molesto.

—Eh... Bueno ya sabes, es por lo de... —no quiso terminar, suposo que él sabía a lo que se refería.

—HongJoong sé de lo que hablas, ahora te busco, ahorita estoy ocupado con Seonghwa, porque a diferencia de ti yo si ocupo mi tiempo en otras cosas y no me la paso comiendome los libros todo el día —dijo sarcástico para luego quitar la vista de él y posarla sobre el otro chico, a quien se le acercó más y besó apasionadamente.

Tragó grueso, quiso pedirle una explicación a su comportamiento, pero no, lo mejor era salir de allí lo más rápido posible.

Algunas lágrimas bajaron por sus mejillas y desaparecieron en el cuello de la camisa de su uniforme.

Miró hacia atrás y le vió sonriendo felizmente, entonces fue cuando entendió su posición en esa historia.

«Siempre serás un estorbo, un fracasado y solitario iluso»

La voz en su cabeza lo aturdía, al final se sentía como un cobarde que no quería aceptar su triste verdad.

Caminó muy rápido, tanto que no vió a un chico y tropezó con él haciendo que el capuchino que llevaba en la mano cayera encima —por suerte no estaba caliente.

—¡Oye, qué mierda te pasa!, ¡mira como me dejaste maldito nerd! —gritaba a medida que se acercaba más y más, hasta el punto de lanzarlo al suelo.

—Lo siento... fue un accidente —decía nervioso, aquel tipo parecía querer destruirlo.

—Como no, quien te cree, lo hiciste a propósito, eres un hipócrita, te la das de santo y de santo no tienes ni un cabello.

—No soy un santo, pero al menos no soy un imbécil retrasado cómo tú —le respondió con el mismo enojo.

Él podía ser muy paciente, tímido y bobo, cómo muchos le decían, pero estaba cansado de lo mismo, aburrido de los infernales gritos e insultos.

—Así que un imbécil retrasado, ya verás como este retrasado te deja la cara destrozada —se lanzó encima de él y comenzó a golpearlo.

En ese punto ya se encontraban rodeados de estudiantes que servían de espectadores para el "grandioso espectáculo".

𝒀𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒏𝒐𝒕 𝒂𝒍𝒐𝒏𝒆. 𝑰 𝑷𝒓𝒐𝒎𝒊𝒔𝒆 {S͟e͟o͟n͟g͟J͟o͟o͟ng͟} Där berättelser lever. Upptäck nu