El Omega Hale

XVI.- La Fortaleza del Omega

Stiles

Ugh. Mi cabeza duele como si me hubiera caído por la escalera, de nuevo. Esa vez a mi padre casi le da un infarto porque me desmayé como por cinco minutos.

Maldita sea, ya empecé a divagar.

Todo mi cuerpo me duele, abrí mis ojos acostumbrándome a la luz de la habitación, el lugar era una simple habitación pequeña, parece una especie de cuarto de manicomio, hay una especie de mesa metálica con correas, la puerta, no hay ninguna ventana, el lugar es frió, siento que me estoy congelando. Mi manos están encadenadas a la pared.

¡Genial!

Derek va a matarme.

Tengo que admitir que los Argent son bastante inteligentes, elaboraron un buen plan, tengo que reconocerlo. Si no estuvieran locos entendería su reputación en el bajo mundo pero son cazadores y quieren acabar con mi familia demás mataron a mi padre, así que no puedo decir que me agraden. Definitivamente Derek no sabrá nada de esto, tengo suficiente con que me mire con sus enormes cejas y las mueva enojado cuando me encuentre, estoy seguro que me dirá que esto me pasa por confiarme.

¿Me estaré volviendo loco?

No es bueno que un chico en su plena juventud con 21 años con hiperactividad este en una habitación solo esperando lo peor, me volveré loco para cuando logré salir de aquí.

La puerta enorme de metal se abrió dejando ver a un hombre mayor, está bien feo, junto con una mujer de unos cuarenta años de cabello rubio y ojos azules, ella no está tan fea; supongo que es Kate, se parece a Chris y sin duda Allyson heredó su belleza pero sigue estando loca así que eso e quita todo el encanto.

- Es un gusto conocerte al fin en persona Mieczyslaw - me dijo el viejo arrugado con una sonrisa bastante desagradable, ¿se le caerán los dientes?

- Te diría que es un gusto también pero no eres muy hospitalario y estas un poco, muy loco - le dije con sarcasmo a lo que el frunció el ceño mientras Kate reía

- Definitivamente el experimento funciono en él, tienes agallas omega - me dijo arrodillándose frente a mi

- No es lo único que tengo, desátame y te lo muestro - esbocé una sonrisa

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Kate se levantó esbozando una sonrisa, el omega era increíble, debía admitir que si no lo necesitarán lo convertiría en su mascota y lo entrenaría para ser un gran cazador pero ese omega solo sería su conejillo de indias para que el experimento fuera un éxito con todos.

- Bien, primero veremos que tanto soportas el dolor - dijo Gerard mientras Theo entraba a la habitación - disfruten de su tiempo juntos - padre e hija salieron de la habitación dejando a los jóvenes solos

- Lástima que seas de Gerard, eres un omega hermoso - le dijo Theo acercándose a Stiles

- Y tú eres un beta con aires de alfa, eso es patético quimera - le dijo Stiles con odio

- Deberías cerrar esa boquita- le dijo Theo conectando el primer golpe en el rostro del chico

Los golpeas siguieron una y otra vez sin parar, habían bloqueado su magia así que el castaño no podía utilizarla; el omega sentía como sus huesos se rompían, todo el cuerpo le dolía y sentía la sangre escurrir por todo su cuerpo, apenas y podía mantener sus ojos abiertos.

Después de unas cuantas horas Theo tomó al omega del cabello jalándolo para poder verlo a sus ojos pero en cuanto el castaño abrió sus ojos esa llama hizo que Theo lo soltará y se alejará unos pasos, la quimera estaba furioso.

- Eres un fenómeno, tu madre debió odiarte demasiado para que desde que antes de nacieras fueras un conejillo de indias, un experimento - le dijo Theo saliendo de la habitación dejando a un herido y sangrante Stiles en el suelo

Stiles se permitió soltar un suspiró acompañado de una queja por las heridas, no podía moverse ni un poco, su cuerpo le pesaba, le ardía y le dolía. El omega sabía que esto solo era el comenzó pero no dejaría que lo destruyeran, ahora tenía una familia, unos cachorros, un alfa.

Las horas pasaron con pesar y dentro de esa habitación solo se escuchaban los gritos del castaño, eran gritos llenos de dolor que de solo escucharlos sabía que el pobre omega estaba desgarrando sus cuerdas vocales, las personas entraban y salía, todas frustradas porque no importa que le hicieran a ese omega seguía teniendo esa llama en sus ojos, parecía desafiarlos, decirles que no importaba que tanto hicieran él no se rompería, no dejaría de luchar.

Stiles se encontraba en el suelo arriba de un charco de su propia sangre, al fin lo había dejado solo, podía descansar por unas horas.

Derek

Fue el él último pensamiento que tuvo antes de cerrar los ojos dejándose llevar por la inconsciencia.