Capítulo 11

170K 12K 4.5K
                                    

Sevastien

Salgo del despacho de la mujer que me trae como loco desde hace como tres meses, con una sonrisa victoriosa en mi rostro de no habernos interrumpido habría hecho algo más que besarla.

Me río por lo bajo

Aún recuerdo su cara cuando le hice referencia a las películas y libros que muchas mujeres ven o leen, hoy en día. Cuando entré a su despacho pude ver que es una persona ordenada y que claramente le gusta su trabajo, todo estaba perfectamente en su lugar.

No puedo creer que me haya echado de su despacho.

Sabía desde un inicio que debía empezar las evaluaciones- no solamente porque me guste molestarla- si no, porque gran parte del funcionamiento de la editorial, es que ella mande los manuscritos para su publicación. Su respuesta acerca del porque consideraba que su trabajo, era el más sencillo para la cantidad que ganaba me sorprendió gratamente, lo que me lleva a concluir que ella es fundamental para la editorial, no es solo una cara bonita que busca destacar.

Es gracias a su criterio en la elección de futuros autores, la editorial Lexus está catalogada como una de las mejores editoriales alrededor de toda Inglaterra.

Al parecer muchos de los empleados, piensan que está en bancarrota pero en realidad es una mentira. La verdad detrás de todo esto es que, Damián Hilton ya había dejado en bancarrota a la editorial una vez, lo que le llevó a pedir un préstamo a mi padre hace un par de años cuando el todavía era el jefe, estuvo pagando bien y liquidó su deuda unos años después, pero hombres como Damián tienen un vicio.

El casino

El dinero que ganaba con cada venta de un nuevo libro, se lo gastaba todo en los casinos, apostando hasta el último centavo dejando poco a poco en la ruina a la editorial. Lo que llevó a pedir una vez más, un préstamo a mi familia. Dejando como garantía la editorial, para ese entonces el jefe de la mafia, soy yo. Mi padre se había retirado, hacía un par de meses. Al tener el antecedente de que liquidaba las deudas, aprobé el préstamo. Al principio estuvo muy bien, pero en los últimos meses no había pagado lo que generaba intereses altos.

Demasiados

Le di un último plazo de setenta y dos horas para pagar, cosa que no sucedió por eso decidí tomar cartas en el asunto. Cuando comencé revisar las cuentas tanto del dueño, como de la editorial, no cuadraban investigué mas a fondo y descubrí que el malnacido ese hacía trata de blancas, con las mujeres de aquí en la editorial, ya tenía planeado entregar a tres mujeres las cuales eran dos del departamento de edición y la señorita Carter la cual es mi secretaria ahora.

Lo bueno que esa escoria ya está nadando con las pirañas

Al principio pensé que mi estadía aquí en Londres, sería tediosa, pero nunca imaginé que me encontraría a la mujer que me ha quitado el sueño desde su partida, vaya sorpresa que me lleve más al verla ahí sentada en la sala de juntas con los demás empleados, pensé que formaba parte del grupo de secretarias y nuevamente, me lleve la sorpresa de que era la encargada de los manuscritos.

Mis primeros pensamientos al verla fue de como seria follarla encima de mi escritorio o en cada rincón de mi oficina, había contratado un investigador privado para dar con ella pero no obtuve resultados al saber nada mas su nombre.

Sin contar que le metí una bala al investigador, por inútil

En fin, esta es la historia del porqué estoy en Londres, entro a mi despacho y tomo asiento en mi lugar. recuerdo la manera en que Rea me quitó de su lugar, sin duda es una mujer que no tiene ningún filtro a la hora de hablar.

Amor RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora