Capítulo 40

142K 9.6K 2K
                                    

Llegamos a la mansión después de haber estado jugando en la nieve, hasta que nos dio hambre. Entramos aún riéndonos, nos quitamos los abrigos para ir a la cocina, cuando pasamos por la sala de estar, nos detenemos al ver que todos están aquí, con miradas serías en sus rostros, incluso mi suegro está aquí.

Mi prometido y yo nos miramos, sin saber el por qué sus rostros, es el primero en preguntar.

-¿Qué hacen todos ustedes aquí?-

-Nos preocupamos, porque ustedes habían desaparecido- responde Vladimir- ni siquiera contestaban los teléfonos-

Reviso mi teléfono, pero no enciende está muerto, debí haberme quedado sin batería, Sevastien hace lo mismo que yo, pero tampoco enciende.

-Nos quedamos sin batería en los teléfonos-

-¿Pasó algo?- digo al ver sus caras.

Vladimir y Serguei se remueven incómodos, la cara de mi suegro es neutra. Hasta que el ruso número tres, habla.

-Sí- me mira- no sabemos cómo te lo tomaras, pero será mejor que te sientes-

-Ahora empiezan a preocuparnos- dice Sevastien- digan ya de una vez, ¿qué carajos pasa?-

-Atacaron el departamento de Rea, en Londres-

Abro los ojos por la sorpresa, mi respiración se atasca y mi cuerpo se siente mucho más frío. Un solo pensamiento me cruza en la mente.

Karla

Miro a los demás, rogandoles con la mirada que me digan que todo es mentira. Me tomo un momento, antes de hablar.

-Dime que mi amiga, no estaba en el departamento-

Serguei, suspira antes de responder.

-Estaba, pero el hombre que pusieron a su cuidado, la saco antes de que las cosas se pusieran más feas-

Suspiro de alivio.

Bien, eso es bueno.

-¿Está bien?, ¿Dónde está?- pregunto rápidamente, muerta de la preocupación.

Mi suegro está a punto de contestar, cuando una voz proveniente de las escaleras hace que me vuelva el alma al cuerpo.

-Estoy bien, y aquí estoy-

Veo mi amiga bajando las escaleras calmadamente, trae el pelo húmedo señal de que se acaba de dar un baño. Cuando me mira, sonríe enormemente.

-Lograron sacarme a tiempo, y me subieron a un avión con destino aquí- responde- llegué hace un par de horas, traté de contactarme pero no respondías-

Antes de que diga otra cosa, me abalanzo sobre ella en un fuerte abrazo tirándonos al piso, nos reímos por nuestra torpeza. No la suelto, hasta que ella me pide que lo haga por la falta de aire.

-¿Estás bien? ¿No te pasó nada?- niega con la cabeza, mientras se ríe- carajo, debí estar más al pendiente del teléfono-

-No es tu culpa y lo sabes, por cierto esta mansión es increíble- mira alrededor- se parece un poco al del Conde Drácula, pero no deja de ser hermosa-

Abrazo a mi amiga una vez más, miro a Sevastien con una ceja arqueada, diciéndole con la mirada.

Te lo dije

Simplemente rueda los ojos, pero la comisura de sus labios se eleva con una tenue sonrisa.

Karla y yo charlamos acerca de estas últimas semanas, para ponernos al día. Cenamos para volver a la sala, miro a mi prometido dándole una mirada, asiente con la cabeza para contar las noticias. Mientras tanto, Emilia, llega con copas de champagne, veo que está por irse la detengo.

Amor RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora