Capítulo 6: Me tiene sin cuidado.

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-Hola señorita... - dijo Rosa pero al ver mi cara repuso - Yuliza, lo siento.

-Hola Rosa.

Me senté en la barra y observe a Rosa que seguí dándole de comer a Alicia.

-Es una hermosa niña - comento de pronto Rosa.

-Sí, se parece a mi madre, ella murió apenas dio a luz a mi hermana.

-¿Es tu hermana? ¿No es tu hija?

-¡¿Qué?! ¡No...No! Claro que no, es mi hermana.

-Pensamos que era tu hija porque se parece a ti, además Raúl nos había dicho... como sea, ciento mucho lo de tu madre.

-Ya no importa. - dije tratando de restarle importancia.

Pov. Raúl.

La cabeza me daba vueltas me levante pero no estaba en mi cuarto, levante la manta que me cubría. Por favor, por favor que no esté desnudo. (Ya que eso me pasaba cuando estaba con Mara y eso era muy seguido para mi gusto). Lo cheque pero no era así, ¡uff! Bóxers. ¡Sí! Busque por todas partes mi ropa que estaban tiradas cerca del baño, me vestí rápidamente pero escuche que la ducha estaba siendo ocupada, abrí la puerta tratando de no hacer ruido, Yuliza se estaba bañando con agua caliente y el vapor no dejaba ver su cuerpo, "A veces la vida puede ser cruel", cerré la puerta y me fui a mi cuarto abrí la ducha y me desvestí mientras dejaba que el agua cayera sobre mi cuerpo.

Salí del baño con tan solo una toalla en la caderas y me seque busque mi traje y me lo puse mientras me medio peinaba dejándolo algo revuelto, ya estaba largo tendría que cortarme cuando tuviera tiempo. Baje a desayunar y ya estaba servida como siempre a la misma hora.

Yuliza bajo de las escaleras con un pantalón café y una blusa blanca con un chaleco largo, venia con su hija con un conjuntito que se le veía curioso. Se parecían tanto, sus ojos, su boca, su mirada, imposible que no fuera su hija.

Tome el periódico tratando de ignorar el hecho que el pantalón se marcaba sus muy definidas y voluptuosas piernas.

-Buenos días - salude sin apartar la mirada de el periódico.

-Buenos días - contesto, baje el periódico mientras la veía irse como si nada a la cocina.

-Yuliza ¿Quieres desa... que estás haciendo? - pregunte desconcertado por sin siquiera prestarme atención y seguir caminando a la cocina como si le fuera la vida en ello.

-Llendome a darle de desayunar a Alicia.

-No. Tú no harás eso. - las palabras sonaron más autoritarias de lo que quería.

-¿Por qué yo no haría...? - trato de decir.

-¡Rosa! - grite para cortar sus escusas. Apenas la llame Rosa salió de la cocina - llévate a la niña y dale de comer. Yuliza por favor siéntate a desayunar conmigo.

-No, gracias preferiría darle de comer a Alicia. Y desayunaré después. - volvió a excusarse, ¿me estaba evitando?

-No, Rosa se hará cargo y tú te sentaras a mi lado ahora. - gruñí. Me miro, como analizándome. Su boca formo un gesto que pudo partirme en risa si no estuviera tan molesto porque quisiera ignorarme y huir a la cocina, su labio inferior se doblo haciendo un puchero. Sin decir nada se sentó a mi lado - ¿Qué quieres desayunar?

-Lo que sea - respondió indiferente.

-Yuliza, por favor ¿Qué quieres desayunar? - insistí, me paciencia tenía un límite ¡y esta mujer la estaba pasando!

-Ya te respondí que lo que sea.

-¡Por Dios Yuliza! ¡¿Por qué quieres siempre discutir conmigo porque una vez en tu vida haces lo que te digo?! - explote

Compromiso a la fuerza.Where stories live. Discover now