—¡Pero, Akaashee!

—¡Te traeré naranjas en su lugar! —Repuso Oikawa y cerró la puerta del departamento.

Me siento como el quinto de discordia, que patético.

Tooru salió del edificio en camino a la tienda. Compró jugo de naranja y algunas naranjas, se dio una vuelta por el parque para darle más tiempo a las dos parejas que estaban en el departamento. Era un día muy tranquilo, el sol brillaba. La primavera estaba muy cerca, el pasto era verde al igual que las hojas de los árboles las cuales se movían con el viento. Oikawa caminaba observando todo eso cuando algo que hizo que se quedará helado. Debajo de un árbol, Iwaizumi estaba sentado con una chica muy linda, se quedó parado observando al par unos segundos y de pronto intercambiaron miradas.

—¿Iwa-chan...?

Los ojos de Iwaizumi se abrieron como platos y se levantó de donde estaba sentado.

—¿Iwaizumi?¿Quien es el? —la chica a su costado preguntaba intrigada.

A todo esto, Tooru era el más intrigado ¿Que era el para Iwaizumi? Se supone que eran una pareja desde hace mucho tiempo ¿Entonces por qué?

—El es...

Dilo Iwa-chan ¿Que soy para ti?

—El es... Un amigo de la infancia.

—¿Eso es cierto?... Entonces es un gusto —La chica le extendió una mano a Tooru.

Oikawa no podía creer lo que había escuchado ¿Amigo de la infancia?       —Es un gusto, me llamo Oikawa—le dio la mano a la chica. —Solo pasaba por aquí... Ya me voy.

—Oikawa espera...

¿Oikawa...?¿No era Trashykawa?

—Tengo prisa lo siento —Tooru salió disparado a su departamento. No miro atrás, si lo hacía no lo dudaría y le pediría a Iwaizumi una explicación.

Llegó al departamento y abrió la puerta.

—¿Trajiste las naranjas?

—Si... Aquí están — cerró la puerta y dejó las bolsas que traía sobre la mesa. Todos los presentes se dieron cuenta que algo le pasaba a Oikawa pero no les dio tiempo de preguntar —Tengo algo que hacer para mañana, disculpen —Tooru se encerró en su habitación y dejo a sus amigos en la sala.

Las luces de su habitación estaban apagadas, había un silencio gigante. Fueron minutos, quizás un par de horas en las que Oikawa no cambiaba de posición, estaba en el piso abrazando un peluche de alien.

—¡KAWA! ES HORA DE ALMORZAR —Kuroo gritaba tocando la puerta.

—No tengo hambre...

—¡No te estoy preguntando! Vas a salir a comer y vas a contarnos lo que pasa ahora mismo.

—No me pasa nada.

—AJA, Hasta Bo se dio cuenta que te pasa algo, así de grave es tu habilidad para mentir.

—¿Oikawa...? No se lo que pasa, pero queremos comer contigo —Bokuto dijo en tono bajo.

Hubo un silencio largo.

Hasta que Kuroo pateo la puerta —¡QUE TE SUCEDE?! VAS A MOVER ESE PLANO TRASERO Y SALIR A COMER MALDITA SEA.

El encerrado chillo como puerco al darse cuenta del estado de la puerta —¿¡Estas idiota!?

—Bro, ven a ayudarme — Dijo Kuroo mientras jalaba a Oikawa de las piernas.

—¡Voy! — Agarro los brazos de Oikawa y así lo arrastraron hasta la sala.

Los tres chiflados - HaikyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora