Capítulo 33

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No te atrevas... No me dejes...

La vida es un regalo... Lo has escuchado en algún momento, no hay duda. En este pequeño mundo aplastante y devastador... Donde algunas personas son tratadas bien y otras tratadas como mierda ¿Como no esperan que algunos no puedan valorar su vida? Se equivocan... El mundo no es un lugar en el que alguien deba vivir, no es un regalo. Es donde nos destruimos los unos a los otros con la excusa "Lo merece por mala persona" ...No importa que tan bueno seas, todos somos egoístas... No hay excepción.

El mundo puede existir sin una persona, pero una persona no puede existir sin el mundo.

Y para Iwaizumi... Su mundo estaba esa mañana frente a él.

—I-waa-cha-aan —Deletreaba cantando felizmente —¿Por que me miras así? Ya me disculpé por lo del campamento ¿Aún estás molesto?

Oikawa estaba desparramado en la cama de su habitación, acababa de despertar e Iwaizumi lo observaba inclinado en una esquina de la cama.

—Tus disculpas no son sinceras —Sonrió.

—Bueno... Fui sincero las primeras 37 disculpas ¿Sabes? Ya estoy en piloto automático.

Una vez más y ahora sí perderá toda la sinceridad.

Aquel día lograron reanimar a Oikawa, todo paso en un abrir y cerrar de ojos, después de todo esa escena fue un giro de 360° en unos minutos para todos, a los doctores les tomo seis minutos reanimarlo y en esos ocho minutos llegaron los de seguridad a detener a los demás.

—Iwa-chan... ese día en verdad creí que volvería a ver a mamá... —Dijo sonriendo mientras observaba el techo.

Hajime no habló.

—Te pude escuchar. Escuche lo que decías. Eso de Marte... Lo de vivir doscientos años... Lo de Akemi —Rió un poco —Lo de casarnos...

—¿¡Que!? —Hajime se acomodó a un lado de Oikawa con cuidado —Creo que la anestesia se te fue al cerebro Shittykawa, yo no mencioné un casamiento.

—¿Ah no? —Alzó una ceja y tomo la mano de su compañero —Supongo que tendré que buscar otro padre para Akemi —Bromeó.

Iwaizumi no respondió a eso, solo se acercó Tooru y se tapó con las sábanas.

—Iwa-chan... ¿Estás bien? —Hubo un silencio corto y Oikawa trago saliva para aclarar su garganta —¿Lo estás verdad?

En lugar de hablar Hajime se abrazó debajo de las sábanas a Oikawa y asintió varias veces. Y por un segundo, Iwaizumi parecía un niño de primaria necesitado de atención ante los ojos de Oikawa. Después de todo, el que pasó el susto fue Iwaizumi.

—Pude oír tu voz desesperada... Se que te asusté demasiado Iwa-chan.

Todo fue tan repentino. Un día estaban riendo y unos días después todo casi se va a la mierda.

—Ver la luz roja del quirófano fue un infierno —Se dignó a hablar —Lo único bueno es, que gracias a eso no cobraron por la cirugía —Rió un poco.

—Si... Papá se ahorro un dineral —Soltó una carcajada —Y volveré a la cancha antes de lo previsto, incluso se ofrecieron a pagar la rehabilitación.

—Es lo mínimo que pueden hacer... Tu padre estaba a punto de demandarlos.

La puerta de la habitación se abrió de golpe.

—¡LIBRES! —Exclamó Bokuto.

—¿Puedes creerlo Kawa? Seguridad nos llevó a la comisaría y nos tuvo ahí cuarenta y dos horas, al final se disculparon con nosotros y a Bokuto... Le dieron un premio de disculpa de parte de los policías.

Los tres chiflados - HaikyuuWhere stories live. Discover now