Introducción

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29 de Marzo de 1978.


No era para nada extraño que los Merodeadores se reunieran. Aunque ahora tenían un espacio más libre para hacerlo.

La casa de Sirius Black.

La platica algo inestable y ruidosa de los cuatro amigos y la joven Lily, se vio eclipsada por un estruendo en la parte trasera de la casa que los dejó callados.

Desembolsaron sus varitas con rapidez, y con la agilidad que solo ellos sabían tener, caminaron hacia la puerta en hilera; al abrirla, esta dio paso a un caldero color negro mate muy diminuto, en él se leía con letras claras, grandes y rojas, el apellido "BLACK".

Hubo un silencio, uno largo, hasta que por fin las cabezas se giraron en dirección a Sirius. Lo miraron como si hubiese cometido el peor error de su vida, y quizá lo había hecho.

—Llámenme loco, pero creo suponer que es para ti Sirius —dijo Colagusano, mientras lo empujaba hacia la puerta.

—No, no, no —contestó rápidamente—. Jamás recibo correspondencia, quizá lo han enviado aquí por error, porque les aseguro que mío no es —Estaba nervioso, más de lo que le gustaría admitir, pues era una rareza que le llegara correspondencia.

Lo que, viendo objetivamente, recibir un Caldero era más raro e inconsistente que una carta.

Tomó pocos minutos para que alguno de los cinco decidiera quién iría a ver el contenido del caldero, y para no perder la costumbre, Lily ya se había querido acercar, pero James la apartó de inmediato. Al final no se sabía lo que encontrarían allí, y Potter prefería perder una mano que perderla a ella por curiosa.

—Sirius, tienes que verlo —susurró James, como si la plática fuera un secreto de Ministerio—. Literalmente tu apellido está escrito ahí hermano, no creo que sea solo coincidencia ¿O acaso es miedo lo que huelo? —preguntó expectante.

—¡No seas idiota! Por supuesto que no es miedo —afirmó dándole un golpe en el costado—, pero solo piénsalo, es imposible que reciba algo, las únicas personas que saben la dirección son ustedes y Dumbledore, y por muy chiflado que él viejo esté, dudo que le vaya mucho enviarle calderos a las personas.

Después de escuchar a James y Sirius discutir como normalmente lo hacían por más de cinco minutos, Remus decidió ser el valiente del grupo y agacharse a averiguar.

Y entonces Remus palideció y cualquier rastro de color, se le esfumó del cuerpo.

Nota:
Querido Sirius, esta pequeña nacida el 21 de Marzo de este año, te pertenece, es tu hija, si, así como leíste, tu hija. Aún no tiene nombre, puesto que su madre antes de poder decidirlo murió. Eres lo único que tiene, y esperamos puedas cuidarla y amarla como sabíamos ella lo haría.

—Ella... ella es... —Tartamudeó Remus, tratando de analizar con claridad lo que acababa de leer y la reacción que él pelinegro tendría al enterarse–. Aquí dice que es tu hija —confesó releyendo en voz alta.

Al quitar la pequeña manta verde y brillante que cubría la superficie, pudo alcanzar a ver el rostro de la diminuta bebe, quien yacía dormida cómodamente, pacifica, como si no supiera la tormenta que se avecinaba por su culpa.

—¡Por la barba de Merlín! —susurró Petter.

—¿Es una broma? —preguntó Sirius pálido, seguía negándose a ver el interior del caldero, no le importaba cerciorarse de que lo dicho era verdad, puesto que aquello lo había tomado por sorpresa y no una agradable.

El método Black|| George Weasley FanficМесто, где живут истории. Откройте их для себя