4. Choques eléctricos

46 12 11
                                    

Nota chiquita:
Le cambié el nombre a dos personajes. Duri ahora será Felix y Hyun será Changmin.

***

Puedo ver cómo las gotas de lluvia se deslizan por las ventanas del autobús sin ningún cuidado, allá quién sabe adónde, no importa. Siento las manos frías y el sonido me da sueño, mucho sueño.

Prometí que acompañaría a Felix a su casa, pero ya estoy comenzando a arrepentirme, quiero dormir, necesito dormir.

—¿Te pasa algo? —oigo que pregunta él, o al menos creo que es él.

—Está lloviendo —suelto distraídamente.

—Lo noté.

Inclino mi cabeza y la apoyo en su hombro.

—Tengo sueño, Felix.

—Pues duerme un poco, yo te despierto cuando lleguemos.

—No puedo.

—¿Cómo no vas a poder? Anda, ¿sí? Tu tranquila.

Pero es que no puedo.

No puedo.

No puedo.

Cierro los ojos y arde, así que me llevo el pulgar y el dedo índice a mis párpados para calmar el dolor, me da un tanto igual si me mancho con las sombras o la máscara de pestañas, No sé por qué, pero siento que justo en este momento podría decir que todo me da igual aunque no fuera cierto.

Felix me dice algo sobre que le preocupa verme de esta manera.

Yo muevo la cabeza mientras hago como que escucho su sermón.

Felix menciona algo sobre que debería descansar apropiadamente.

Asiento y le digo que lo haré, que es mentira, pero él no tiene por qué sábelo.

Me recomienda un té raro que toma su madre para dormir y hago como que apunto el nombre en mi teléfono.

Paso mis dedos por el vidrio de la ventana y dibujo círculos deformes, él me sonríe de lado.

Escucho la canción que sale de sus auriculares cómo si fueran murmullos. Reconozco la voz de Krystal y sonrio involuntariamente.

—¿F(x)? —pregunto.

—Sí —responde al cabo de un par de segundos—, las he estado escuchando un montón desde que las mencionaste el otro día.

Es uno de mis grupos favoritos.

—¿Ah, sí? Creí que no te gustarían.

—En realidad... son muy buenas.

Mi sonrisa se hace más grande, porque es lindo saber que alguien escuchó un grupo que le recomendaste. Es lindo.

Felix me pasa uno de sus auriculares y mi oído izquierdo le da la bienvenida a la dulce voz de Krystal. Cierro los ojos, ignorando el dolor durante lo que queda de canción y algo dentro de mí se derrite un poquito. La voz de esa mujer es miel que no empalaga, y, por un minuto o dos, dejo que me susurre cosas. El color azul viene a mi mente sin querer, sonrió de nuevo.

–¿Quieres almorzar en mi casa hoy? —me pregunta Felix.

—¿Mh?

—Qué si quieres comer en mi casa, no comiste nada allá en la universidad.

—Muchas gracias, Felix, pero la verdad es que no tengo mucho apetito.

—Ya veo... será de otra cosa que te dio hambre entonces, ¿no, Byul Yi?

Parpadeo varias veces.

—¿Pero qué dices?

—Te vi viendo a la profesora Kim, en repetidas ocasiones, así que sólo hago mis conclusiones.

—¡¿Pero qué dices!? —vuelvo a preguntar más alterada.

—Tranquila, no hace falta que grites.

Me remuevo en el asiento sin saber a dónde dirigir la mirada, al final decido enfocar toda mi atención en mis muslos, como si fueran la cosa más interesante del lugar.

Felix sabe que cuando una persona me llama la atención no sé disimularlo.

—Es... linda —agrega.

—Apenas si hablamos hoy...

—Pero te gustó.

Me gustó, al menos físicamente, pero no voy a admitirle algo así a un niño.

Y quiero volver a verla, pero tampoco le voy a decir eso.

—Después de un evento así, ellos salen a comer, o sea, los maestros salen juntos y van a un restaurante no muy lejos de la universidad, seguramente Changmin está con ella.

—Ya veo, aunque no entiendo qué podría hacer yo con esa información.

Él suspira.

—Van a beber, siempre lo hacen. Hasta hora nunca he entendido qué es lo que la gente le ve de divertido a todo eso...

Ahora soy yo la que suspira.

—Sigo sin entender tu punto.

—Pues que podemos ir, puedo llevarte.

—No digas tonterías —le digo riendo—, ¿qué se supone que haga en ese lugar?

—Pues ligártela —suelta, como si fuera algo obvio, como si tal cosa fuera implícita en su ofrecimiento anterior. Este niño a veces me me aterra.

Me atraganto con mi propia saliva.

—¿Estás loco? Ni siquiera sé... —bajo la voz un poco—, ni siquiera sé si algo así le iría a ella.

Él niega con la cabeza, esto le hace gracia.

—Si te aliento es por algo, ¿no? He oído rumores, además, Changmin me cuenta cosas. —Jala mi rostro con su mano para que le preste atención—. No te daría cuerda de no ser así y lo sabes.

No le respondo y me aparto un poco de él. No sé porque me dice esto así de repente, siento que las manos me sudan y me hago más consiente de que vamos en una lata de sardinas con traje, de pronto me dan unas ganas horribles de vomitar aquí mismo y me quito el blazer como puedo.

—¿Estás bien, Byul Yi?

—Creo que me he mareado.

—No me vayas a vomitar, eh.

Ligármela.

Ese pensamiento da vueltas por mi cabeza.

—¿Byul Yi?

—¿Mh?

—¿Entonces qué dices?

¿Que qué digo? No sé, que es una locura, una pésima idea, terminará en un desastre, Changmin me pagó para sacar un par de fotos, no para ir a ligarme a una de sus compañeras de trabajo, ¿ya había dicho que es una locura?

—Que se te zafó un tonillo, eso digo.

Duri ríe y niega con la cabeza.

—¿Segura qué no quieres ir?

—Segura —digo con voz firme, pero luego veo al suelo y me muerdo la lengua con fuerza.

—Ya veo.

No puedo dejar que un niño de dieciséis influya para que haga algo así.

—De todas formas déjame invitarte a comer, bajemos en la siguiente parada y vayamos por algo rico.

Lo veo dudando porque me imagino lo que planea, sin embargo, decido que piense que le estoy comprando el cuento.

—Te dije que no tenía hambre, Felix.

—Oh, vamos, Byul Yi, estaré más tranquilo si sé que comiste algo hoy.

Suena sincero, espero que sea sincero, así que no me queda de otra que asentir.

De repente, me siento inexplicablemente ansiosa.

se durmieron las estrellas | moonsunWhere stories live. Discover now