|𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐨| 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧

제 9 장

JiMin no entendía que pasaba, en un segundo estaba entrando con su ex compañero de carrera en su departamento comiéndose a besos y manoseándose, y al siguiente tenía a JungKook abrazado a él liberando feromonas como loco ignorando lo mucho que lo estaba afectando en su calentura por haber sido interrumpido cuando se venía la mejor parte de la noche. Suspiró cuando su lobo le dijo que él mismo amaba a JungKook y es que por ese motivo apenas había atendido la llamada y supo el motivo de esta despachó al alfa y esperó a su guapo amigo. Sin decir absolutamente nada y sin separarse JiMin hizo que JungKook entrara por completo en su departamento cerrando la puerta con el pie para luego llevarlo hacia su cuarto en donde apagó las luces antes de caer los dos juntos sobre el suave colchón. 

JungKook en ningún momento había soltado su cintura y él se sin preguntar nada simplemente comenzó a acariciarle el cabello al tiempo que liberaba pequeñas dosis de su aroma para tratar de calamar al mayor y hacer que este redujera el nivel de sus feromonas. 

Estuvieron así por casi media hora en donde ninguno de los dos dijo nada y simplemente se abrazaban.

- Ve a cambiarte de ropa para que durmamos  -JiMin tragó cuando sintió el aliento de JungKook impactar contra la piel de su cuello-.

- ¿Durmamos? ¿No te irás a tu casa con tu mujer?

- Quiero dormir contigo...

- Kook ¿Estás bien? Estas actuando extraño...  -haciendo que el morocho levantara su cabeza logró verlo por fin a los ojos, ojos que expresaban miles de emociones y a la vez no le decían nada, le acarició el entrecejo hasta lograr que la arruga en él desapareciera y el rostro de JungKook se relajara-. Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea ¿cierto?

- Lo sé...  -sonrió más relajado al oler que el aroma que prevalecía era el suyo mezclado con el de su mejor amigo-. Ve a lavarte, te contaré todo cuando nos costemos.

- Ok.

Mientras JiMin se lavaba los dientes y corría a su walking para escoger uno de sus pijamas de seda y con el short más corto JungKook se aseguraba de entrecerrar las persianas para que fuera imposible mirar desde el otro edificio, se sacaba la ropa hasta quedar simplemente con los pantalones deportivos y se acotaba mientras apagaba su teléfono, no quería a su esposa molestando, por mucho que la amara, ya lo tenía agotado con sus celos y desconfianza.

- ¿Me contarás lo que ocurrió?  -cuando JiMin caminó haciéndose el desentendido que miraba su teléfono hasta llegar a la cama JungKook miraba de forma descarada las piernas lechosas y muslos gruesos que se gastaba su amigo, tenía que admirar el cuerpazo que este se cargaba, quitó la vista cuando JiMin se agachó para cargar su celular y apagó la luz dejando solo una de las lamparas en la mesa de noche encendida-.  ¿Peleaste con Anzu?  -preguntó una vez acomodado de lado mirando al alfa-.

- Me tiene agotado, Minnie, no confía en mí y ya hoy colapsé, le grité que si no quería que llegara tarde que buscara empleo, el rostro le cambió apenas se lo dije, pasó de estar enojada a estar llorando en dos segundos y... No sé si es porque mi lobo está mas presente que el resto del mes pero, creo que no le creo a Anzu sus lágrimas, al menos no esta noche.

- Yo no te quiero envenenar contra ella pero, siempre he sabido que es una perfecta manipuladora y tu la amas, manipular a alguien que te ama es mil veces más fácil que a cualquier otra persona.

- Hablas como si lo supieras por experiencia.  -JungKook se acomodó mas cerca del menor, quedando frente a frente y con las piernas entrelazadas-.

- En Estados Unidos tuve un novio con el que fui exclusivo, me amaba y me trataba como un rey y yo me aproveché de eso, lo manipulé y le prometí cosas que al final no cumplí.