Salgo del instituto donde hago el acelerado y busco un taxi con la miradaVicky
Avísame cuando salgas ❤️
Ya salí
Espere unos segundo a que aparezca un taxi y me lleve al hospital, pero siento que me silban de atrás
Me doy vuelta confundida, no lo puedo creer
-hola bombona- sonríe, José el de la mafia
No respondí nada porque vi el auto llegar, rápidamente subí y le dije la dirección
Mi pecho no para de subir y bajar, siento que el corazón se me va a explotar en cualquier momento
Cuando por fin llegue al hospital, le pague y baje, camine hasta donde está Mateo y salude a Romi que estaba afuera sentada
-¿Estas bien? Pareces cansada- preguntó ella
-si esque corrí a un taxi como por dos horas para que me traiga- reí
Ella asintió y seguimos charlando de boludeses, al rato sale Pedro y me saluda
-pasa me pregunto si habías venido- hablo el mayor
-dale gracias- sonreí y entré
Esta vez está sentado en la camilla mirando la tele muy concentrado, cuando se percató de mi presencia sonrió
-hola mi amor- dijo el y estiro los brazos para después envolverme en ellos
-¿Cómo te sentis?- me senté a su lado
-re bien, mira- estiro un poco su pierna -ya no está tan morado- sonrió y yo también
-mejor bebé, te felicito- agarre su mano
Sonrió -¿No me das un besito?- hizo puchero
Reí y me acerqué a él para unir nuestros labios, me agarró de la nuca para intensificarlo
Al separarnos dejo un piquito en la punta de mi nariz y me sonrió
-¿Vos todo piola? Estas rara- levantó una ceja
Negué -estoy re bien solo que un poco cansada anoche me quedé hasta tarde terminando esa mierda de trabajo- me recosté en la silla
Rió -te puedo ayudar si queres- levantó los hombros con la vista en la tele
-¿Ayudar en qué?- pregunté
-nose apoyo moral, porque no se nada de eso- reímos los dos
-¿Ya comiste algo?- cambié de tema
-si, me cague dé hambre- rió -no me queres traer algo de un kiosco- hizo pucherito
-tenes que comer la comida de acá Mateo- respondí
-oh que mala- se recostó en la camilla de brazos cruzados
Agarre mi celular para responderle a Vicky y mis viejos, lo dejé y miré la tele. Mateo estaba en absoluto silencio haciéndose el enojado