16 Estudios de magia

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Desde ese momento, Anne-Marie pasaba el tiempo mayormente dentro de la biblioteca del castillo, leyendo y estudiando. Alucard la visitaba con asiduidad, uniéndose a ella a lecturas parecidas a las suyas, otras veces, aparecía a media tarde, sin avisar, con una bandeja entre los brazos donde descansaban un par de tazas de té caliente. Annie se mostraba agradecida y se ofrecía a ser la que luego se encargase de hacer la cena.

Una tarde, leyendo un volumen no muy grande descubrió notas sobre un peligroso grupo de milicianos. Eran los mismos que habían estado tras ella. Trabajaban bajo las órdenes de Carmilla desde hacía años.

Annie se lo mostró con aire preocupado a Alucard y éste habló con un tono preocupado en la voz:

–No he querido decírtelo para no preocuparte, pero todavía te siguen la pista. No se acercan aquí por mí, pero en el pueblo estaban y creo que saben dónde te escondes.

Él podría haber actuado a escondidas de Anne-Marie y haber dado caza a los persecutores, pero no sabía en ese momento qué planes reales tenía ella, ni cómo se tornarían las cosas, como tampoco se había decidido del todo a involucrarse en problemas ajenos a los suyos. Siempre pensaba que bastante tenía ya, pero desde que había escuchado la confesión de la oradora... todo esto estaba cambiando.

Alucard había apreciado que Anne-Marie era una oradora que amaba a su padre, aunque éste no parecía corresponder con el mismo cariño hacia ella. Sin embargo, su padre era un orador que parecía ser importante y ya había pasado un mes desde que Annie pisaba el castillo del difunto Conde Drácula, con un mensaje importante que entregar del cual aún no había podido ser enviado. Esto preocupaba especialmente a Anne-Marie, pues conforme más pasaba el tiempo, más peligroso era todo. ¿Qué podrían hacer ella y Alucard para remediarlo?

Quizá Alucard debería interceder por ella en cuanto a la entrega de ese mensaje, pero eso significaba hacer un favor y no estaba entre sus planes hacer favores a nadie. ¿Ni siquiera por ella? Sí, por ella... ¿por qué no hacerlo? Pero no se atrevía a ofrecerse. Demasiado engorroso, peligroso, mejor permanecer al margen de aquello.

Otra tarde, Anne-Marie había estudiado un libro muy interesada y estaba decidida en probar a elaborar la poción de la que hablaba. Para ello, uno de los ingredientes era una planta difícil de encontrar, pero quizá, si contaba con la ayuda del Damphir, sería más sencillo.

¿Accedería a ayudarla? Anne-Marie le preguntó cauta y muy precavida, diciéndole si tendría la amabilidad de acompañarla al bosque en busca de los ingredientes que necesitaba.

Alucard aceptó con cortesía, alegando que iría con ella. 

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Heridas (Alucard + OC, fanfic Castlevania) Lara Herrera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora