Cada cigarro para ella tenía un significado.
Amor.
Dolor.
Generosisdad.
Preocupaciones.
Hambre.
Cariño.
Y todos y cada uno de ellos se desintegraba en sus labios.
Luego se convertían en el humo que West respiraba.
Malboro sabía que no tendrían un final feliz.
El chico le gustaba.
Los cigarros también.
Y ambos terminarían igual.
Totalmente consumidos.
YOU ARE READING
Malboro
RandomSiempre con un cigarro en sus labios, sólo que ella no los veía como una metáfora.
