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Capítulo 30

❝ Igarashi Yuusuke ❞

Podría jurar que éramos los únicos que se encontraban en la escuela a esta hora. Si no fuera porque era la primera vez en la semana en que Nana se veía mejor me hubiese ido con el pretexto de no haber leído su mensaje.

—Los he convocado a esta reunión por un asunto importante. —el rubio estaba de espaldas a nosotros mirando un punto desconocido de la ventana.

—No veo nada con las luces apagadas. —se quejó el menor de nosotros seis.

—¿Debería prender las luces? —Mutsumi-senpai se levantó lentamente viendo a todos los presentes esperando la respuesta de alguno.

—Depende. Shinomiya, ¿te da miedo la oscuridad? —preguntó Shima curiosa.

—Un... un poco. —admitió el nombrado en voz baja.

—Entonces déjalas apagadas, se-n-pai. —habló de forma juguetona.

—Yo voto con que las dejemos apagadas, da un ambiente de anime policial de los 90's. —ahora era Serinuma la que insistía emocionada.

—Ya veo. Lo dejaré así entonces. —nuevamente el mayor se sentó con su típica sonrisa.

—Nana, ¿qué era lo que querías decirnos? —traté de poner en marcha la conversación pendiente.

Dándose la vuelta arrojó una carpeta hecha de cartulina sobre uno de los pupitres, la tomé y al abrirla solo tenía unas hojas escritas con crayón sumado a un par de dibujos. Quedé en blanco completamente. Nana hace cosas tan estúpidas a veces.

—En esa carpeta hay información reveladora. ¿Verdad, Igarashi?

—Eh... Ah... Sí... —¿por qué me hice amigo de Nana? ¿Tan malas decisiones tomo en la vida?

De un momento a otro todos me miraban expectantes al igual que al objeto en mis manos, ¿de verdad se lo creyeron? Bueno, no es que odie tener las miradas de las personas sobre mí, pero el motivo era tan absurdo.

—¿Podría ser que en esa carpeta haya información nueva sobre el cumpleaños de Haru-chan? —Kae levantó la mano para preguntar de forma rápida.

—Eso es correcto. —respondí siguiendo el juego.

Escuché un "¡Oh!" de sorpresa saliendo de la boca de todos los presentes, las ganas que tengo de reírme en este preciso momento son mortales.

—Verán. La fecha límite que tenemos es el 21, eso es en ocho días.

—Seis días. —corregí.

—Sí. Primer dato: los padres de Haru siempre viajan en esta fecha, tal parece que es un viaje anual. Segundo dato: no importa las veces que preguntemos jamás nos lo dirá, a ninguno. Tercer dato y más importante: hay un 90% de probabilidades de que el cumpleaños de Haru sea el día que va a alquilar una película. Eso significa que debemos seguirla o acompañarla después de la escuela cada día, pero existe una alta probabilidad de que este año descargue la película que vera. Por ello propongo realizar una fiesta de cumpleaños para ella en cuatro días.

Todos nos miramos entre sí esperando que alguien dijese la primera palabra, Nana por su parte estaba ansioso por la respuesta que daríamos a su propuesta. Pude notar como con el paso del tiempo con sus manos iba formado ligeros puños, empezaba a entrar en un estado de desesperación, siempre que se trataba de la ojiazul sus emociones se desestabilizaban.

Deseaba que fuese feliz sin importar qué, deseaba tenerla cerca, deseaba ser el único para ella. ¿Cuánto más debía pasar para que notará sus sentimientos?