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Capítulo 26

❝ Koharu Tsuyoshi ❞

—Has caído por mi encanto.

Sentada frente a la pequeña rubia, toqué con mi dedo la punta de su nariz, era gracioso ver como se ponía bizca mientras no se rendía en sus intentos fallidos de morder mi dedo.

—Lo siento, cuando Kirari escuchó que iríamos a Usami Land quiso unirse. —se disculpó el rubio.

—¡No hay problema, Nanashima-kun! —inclinándose un poco a la menor, la alagó. —Kirari-chan es una niña tierna después de todo.

Dirigiendo su atención hacia la de cabellos morados, la analizó de pies a cabeza. —Haru me gusta más, pero supongo que eres decente.

—¿Decente? —una confundida y tierna Serinuma estaba presente.

—Eso no es importante. —sonriendo nerviosamente el mayor reprochó a la menor mientras colocaba sus manos sobre ambos hombros de ésta.

Sonreí ligeramente por dos razones, la forma en que Kirari logró incomodar a su hermano frente a la chica que le gusta y por decirme, de forma indirecta, lo mucho que le agradaba. Chocando ambas manos en un ligero aplauso, era momento que la persona más serena entre nosotros tuviese de la palabra.

—Bien, ¿qué les parece si los demás nos presentamos a Kirari-san? Por lo visto ya hay algunos que la conocen. —sonriendo se sentó en cuclillas a mi lado y extendió su mano a la ya nombrada. —Mi nombre es Mutsumi Asuma, espero que nos llevemos bien.

—¿Mutsumi? —jalando levemente mi mano, asentí con una sonrisa ante su mirada llena de preguntas. Ésta era la persona de la que le había hablado, la persona que me gusta. —Lo odio.

Algo sorprendido y un poco herido ante dichas palabras, negó para sí mismo y esbozó una dulce sonrisa. —Ya veo, espero cambiar eso con el tiempo puesto que Nanashima-san me gusta mucho.

Al decir algo que podría malinterpretarse, la pequeña solo se aferró más a su hermano mayor, en cambio Serinuma-senpai mordía una servilleta tratando de contener su emoción mientras Nishina anotaba todo en su celular, dejando de escribir le dio pequeñas palmadas a Hime-sama diciendo repetidas veces "creo que te lo están robando".

Revisando el reloj que se encontraba en su brazo, Igarashi habló. —Hagamos esto rápido así podemos disfrutar los juegos. —miró de reojo a todos y continuó. —Nanashima, hermano. Yo, Igarashi, mejor amigo. Tsuyoshi, mejor amiga. Serinuma, crush. Mutsumi, senpai. Shima, kohai. Shinomiya, hormonas.

La mayoría de nosotros entramos en un dilema, ¿debíamos o no debíamos reír ante tal presentación? La cara neutra de Igarashi no ayudaba demasiado.

—¡Ah, lo tengo! —afirmó la de dos coletas de forma inocente.

La mayoría de los juegos estaban hechos para dos personas, por lo que hacíamos piedra, papel o tijera para dividirnos. La idea fue sugerida por el mayor de todos, espero al menos tener la suerte de poder ingresar a alguna atracción con él.

Al primero que iríamos sería la montaña rusa, en este estaría sentada con el delegado. Pude divisar como se aterrorizaba cada vez que la fila se acortaba más y más, mentiría al decir que no sentía curiosidad por la expresión que pondría al estar en la cima.

—¿Por qué justamente fue en este juego? —murmuró agachando la cabeza, colocó sus manos sobre la barra de metal que aseguraba nuestros asientos rozándose un poco con las mías. De forma casi instantánea un color carmesí brotó en sus mejillas y alejó sus manos.

—Eso fue lindo. —ah, pensé en voz alta. Notando como el color sobre él se intensificaba me llené de curiosidad, ese tono era la primera vez que lo veía, incluso cubría sus orejas. ¿Nuevo logro desbloqueado? No lo sé.