Extra 2

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1 año atrás

Koharu Tsuyoshi

—¡Aoyama! —al verla sentada en su asiento, no pude evitar sentirme feliz, era mi primera amiga. Percatándose de mí, agitó su mano en forma de saludo provocando que su melena rubia atada en una cola de caballo alta también se meciera.

—Mitsuki, llámame Mitsuki. —pidió a lo que solo asentí. —Adivina que día es hoy. —canturreó emocionada con celular en manos. —Es el día que esta aburrida melena tendrá vida, tengo cita con en el salón de belleza, voy a teñirme las puntas de rosa.

Claro.

—Felicidades, apuesto que te quedará hermoso. —sonreí.

Pasados pocos minutos el profesor llegó, solía hacer chistes en medio de sus clases y la mayoría de nosotros reía por lo malo que eran. Pese a que geografía me resultaba una materia bastante interesante no lograba concentrarme, ¿estaba mal desear que alguien en quien confías recordara tu cumpleaños?

Mi vista se centro en un punto fijo del salón, ni siquiera noté cuando se realizó el cambio de profesores, solo quería que sonara el timbre de receso para poder ir al patio de la escuela a rodearme de las lindas flores del club de jardinería. Luego de suplantar a uno de los miembros un día, decidí unirme para ayudar ocasionalmente, es un lugar bastante tranquilo y despejado.

Cuando escuché aquel sonido indicador de libertad, me levanté de mi asiento rápidamente, deseaba regar esas plantitas.

Aoyama, por su parte, pasaba los recreos con chicos de otro curso, había empezado a hablar con uno de ellos por chat y al final también se llevó bien con sus amigos formando así, un grupo.

Ya en el patio, agarré la regadera, una vez llena de agua comencé a regar los pequeños seres verdes con pétalos de diversos colores. Eran lindos.

—Haru. —sentí como unos brazos me rodeaban desde atrás, dada su voz y tono juguetón deduje quien era con facilidad.

—Me llamo Koharu, no Haru. —aclaré, mirando levemente hacia él. —Daiki-senpai, no puedo cumplir mi labor de esta forma.

Levantando sus manos a la altura de sus hombros, se disculpó. —Lo siento, lo siento. —pasó a sentarse frente a las plantas, limitándose a verlas con la boba sonrisa que acostumbraba, era normal para nosotros hablar en este lugar. —Feliz cumpleaños, Haru-chan.

Por un momento me emocioné, hasta que recordé que senpai me desea feliz cumpleaños todos los días desde que inició el mes. Hace un par de años le dije la fecha de mi cumpleaños y como todos, la olvidó; lo único que recuerda es que es por esta fecha así que cada día me da un pequeño regalo, aunque no se lo pida.

Dejando a un costado la regadera me senté a su lado observando las flores. —Fallaste.

—Alguna vez voy a atinarle. —realizó un puchero, tocando algunos pétalos. —Mi regalo de hoy es pizza, ¿te gusta la pizza? Ah, te gusta todo lo gratis, yo pagaré así que...

—Tengo planes después de la escuela.

—¿Básquet?

Negué. —Senpai, no tienes porqué pasar todos los días conmigo.

—Pero dentro de poco... —frunció sus labios con fuerza. —Haru, cuando regrese y sea un exitoso hombre, ¡sal conmigo!

—No haré eso. —reí al ver como se quejaba luego de escuchar mi respuesta.

Regresé al salón acompañada del chico mayor a mí por un año siendo observada por los demás alumnos, sabía lo que pensaban al vernos juntos y la verdad ya estaba acostumbrada a eso, igual que él. No diré que habituarse a que hablen a tus espaldas es lindo, pero a veces es lo mejor.

Las clases pasaron con normalidad, para no aburrirse Takao de vez en cuando me mandaba notitas que gustosa respondía, era divertido estar sentados cerca. Como solía hacer cada año, al salir iría a alquilar una película acompañada del ya nombrado.

—¿Siempre a tu lado? ¿Qué eres? ¿Masoquista? —preguntó al ver la bolsa que llevaba en mano.

Me encogí de hombros a su acusación, tenía mis motivos. —Es una buena película.

—Eso, no lo niego. —sonrió. —¿Charla nocturna al regresar?

Las charlas nocturnas era algo que hacíamos seguido, desde la ventana de mi habitación y él desde la suya, hablabamos a través de unos woki toki que compramos juntando la mesada de ambos, podríamos hacerlo desde los celulares, pero no es el mismo efecto. Era una costumbre bastante linda.

—Hoy no, hay algo que quiero hacer, lo siento. —me disculpé.

Quedó pensativo durante un tiempo, mas sin darnos cuenta ya habíamos regresado a nuestras casas. —Nos vemos, disfruta lo que sea que vayas a hacer. —se despidió acariciando la coronilla de mi cabeza, una leve sonrisa se escapó de mis labios y decidí entrar.

Prendiendo las luces cerré la puerta tras de mí, suspiré un poco, fui en busca de helado y pañuelos, coloqué la película y llegado el momento más doloroso de esta, comencé a llorar.

El dulce sabor del helado había desaparecido, simplemente no podía disfrutarlo, ya finalizada la película mis lágrimas no cesaron. Realmente deseaba que alguien se acordara, que esperar despierta pasada la media noche no fuese una pérdida de tiempo, que de pronto alguien cruzara la puerta y me dijese que era una mala broma, que mis padres se negasen a viajar en el cumpleaños de su hija cada año, que llegara de la escuela a casa por un pastel esperando por mí, que despertara rodeada de regalos como en las películas y al final del día dormir pensando "ah, este también fue un buen cumpleaños". Pero nada de eso pasaría, hace mucho no pasa.

Mi pequeño y absurdo deseo es que alguien recuerde mi cumpleaños por lo menos una sola vez.






























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Mushas preguntas, pokas respuestas.

Es corto porque es un extra (?

Estuvo medio sad esto, pero weno, supongo ya saben que capítulo se viene uwu

Nunca se preguntaron ¿por qué Haru actúa con naturalidad cada que Nana la abraza o toma su mano? Bueno, ya saben, Daiki es 1000 veces más meloso que Nana xd

Ahora les contaré una pequeña anécdota.

Desde que pasó mi cumpleaños el año pasado mis amigos cada día me deseaban feliz cumpleaños y cada que se acuerdan me dicen feliz cumpleaños aunque no sea mi cumpleaños :v

El caso es que un día me estaban a la dice y dice "feliz cumpleaños", en eso llega una compañera de curso, el profe de otra materia (teníamos libre) se le acerca y le pregunta cómo esta, a lo que responde "bien, iba a traer cupcakes por mi cumpleaños, pero al final no me dio tiempo".

Los chicos en ese momento le desearon feliz cumpleaños también, ya en el recreo me dice que prefería que no le dijesen feliz cumpleaños porque ni siquiera se acordaron (yo tampoco me acordé, pero a duras penas sé los cumpleaños de mis mejores amigos, ni de mi familia sé).

A lo que quiero llegar es que más importante que regalar algo, vale más el hecho de acordarse;;

Creo, no sé, wa comer pan, cuidense

Feliz cumple por si acaso (?

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poiopoiopoiopoiopoio

⋕⠀♡̶⠀Apariencia⠀⇉⠀⸂⠀Watashi ga Motete Dousunda!❜ Where stories live. Discover now