||Memoria de tacto|| -BokuAka-

Capítulo 8: Camino débil

Akaashi está nervioso, avergonzado por lo que hizo con Bokuto días antes, llevaba tratándolo como si nada y de manera fría desde que pasó eso. ¿Le había disgustado? Claramente no, pero su corazón estaba lleno de miedo y heridas que aún no se cerraban. Sabía que su condición no era normal, tampoco la de sus amistades... Pero a diferencia de Oikawa o Kenma, Keiji estaba lleno de miedo.

Tenía miedo a que descubrieran que nunca cerró la puerta a la homosexualidad, ya tuvo experiencias anteriores donde fue foco de atención por su orientación, él siempre fue homosexual, desde su preadolescencia sus ojos se posaban en chicos, a diferencia de sus compañeros. No quería la misma experiencia nuevamente, Akaashi sabia que Koutaro quizás tuvo un desliz en esa ocasión, muchas veces gracias a rumores o compañeros de su misma clase o la de Bokuto supo que él estaba en "algo" con una chica. Incluso supo de relaciones formales que tuvo el capitán, ¿por qué sería él primero?

"Porque quería probar"

Pensó.

No cabía en  su cabeza que Koutaro tal vez lo quería de forma amorosa, no podía metérselo en la cabeza, las miradas lascivas y comportamientos del capitán se lo dejaban en claro. Solo quería una aventura.

Su rostro demostraba angustia, arrugando mientras yacía encerrado en su habitación, a oscuras, toda la noche estuvo ensimismado en ese tema que le comía el pensamiento. Las manos suyas se dirigieron a su cabeza, sin escuchar nada además del eco de su cabeza y vacío, sintiéndose solo. 

—Cariño.

 Le llamaron, sin siquiera haber notado que con suavidad unas manos se posaron sobre las suyas, rompiéndose el silencio que le rodeo.

—¿Oikawa... san? —preguntó, su rostro estando mojado.

Se apartó con lentitud, sin saber qué hacía allí metido, en especial por la diferencia de lugares donde ambos viven.

—Qué... ¿Qué hace aquí? —preguntó Akaashi, sacando papel higiénico de su mesita de noche, avergonzado.

—Hace unos días quedamos con que vendría, ¿no? —preguntó, con una sonrisa traviesa suya—, ¿ya te olvidaste?

—Ah yo... si, lo siento —dijo, apartando la mirada— lo siento que..

—Olvídalo, ahora cuéntame mientras tomamos —y de su bolso sacó una botella de licor, agradeciendo que no entrenará el día de mañana, aprovechando.

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—Ya veo, ya veo —emitió pensativo el de cabellos castaños— ¡Pero si eres muy lindo Akaashi! Como no querer darte lo bueno —dijo, estando algo ebrio.

—Pero ese no es el... ¿Oikawa-san? —preguntó extrañado Akaashi, pensando un poco en la idea que se le dio—, ¿No es... El que recibe? 

No quería preguntarlo sinceramente, pero el alcohol lo motivó. Y se escuchó una risa estrepitosa a causa de ello.

—¿Yo? ¿Con Iwa-chan? —y se seguía viendo su sonrisa, lleno de triunfo—, es demasiado tsundere para hacerme estar abajo.

Y hubo un pequeño silencio, Akaashi realizando un descubrimiento, dando un pequeño brinco a causa del hipo que le dio, luciendo algo vulnerable.

—Sabes Keiji, sino estuviera loco por los brazos que tiene Iwa-chan... No dudaría en coquetearte. 

Eso tomando por sorpresa al mencionado, pareció más sorprendido, mirando a aquel sujeto que es su amigo.

—No sufras por tu estúpido capitán, eres demasiado lindo para que tu rostro muestre la angustia que vi.

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