Capítulo 13: La asfixia y el sofoco de pensamientos.

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Las experiencias de la adolescencia en su gran mayoría son vergonzosas, es una etapa en la vida donde tienes tus vivencias y exploras muchos vacíos emocionales, junto a dudas que con curiosidad intentas responder ya sea por tu propia cuenta o con ayuda de tus amigos y círculo cercano. 

Hoy Bokuto estaba nervioso y bastante eufórico, más de lo normal. Eso causando extrañeza en todo el equipo que veía como si él estuviese fuera de si. No es raro verlo feliz, pero ahora aparte de eso andaba torpe, tropezaba varias veces y cada vez que le hablaban tenían que repetirle dos veces lo mencionado. Miraba la comida que aún no acababa jugando con ella, estando esa persona en frente de él.

El pobre niño se sentía nervioso ante la idea de tener sexo con Akaashi, sexo con penetración.

Posterior a lo sucedido en los baños, que no pasó de lo narrado con anterioridad, al día siguiente se vieron durante el almuerzo, sin tocar el tema de que iban a realizar el "acto" juntos. Akaashi tenía vergüenza, sabía que debían hablarlo mejor pero no quería tocar el tema con Koutaro a centímetros suyo sabiendo que no podría controlar los nervios que sentiría. 

Yacía menos observador que antes y al igual que su capitán, estando torpe. Eso si bien es algo extraño en Koutaro, en Akaashi daba a entender que se acercaba el fin del mundo, el pelinegro es demasiado ordenado y cauteloso como para que las cosas que traía en  las manos se cayeran todo el tiempo. Todo el equipo ya sospechaba que algo pasaba entre esos dos, si bien no sabían exactamente el qué, agradecían que no tener un partido importante cercano. Un Bokuto es controlable, pero un Akaashi fuera de si, no. 

Una vez terminaron su almuerzo se quedaron en silencio unos segundos, Keiji jugando con sus manos en lo que subía su mirada lentamente hacia el más alto, por poco, pero al fin al cabo media más que él. El de cabello bicolor también lo miraba, con una expresión algo tranquila pero pudo notar como mordía sus labios una y otra vez. Eso le preocupó.

Como siempre compartían ambos estando en la azotea a la hora de almuerzo. En el mundo de ellos.

—Bokuto-san —le llamó, negando—. No haga eso, se va a lastimar.

Con cautela llevó ambas de sus manos la mandíbula contraria, buscando que dejara de dañarse de esa manera, apenas rozó su piel dándole la corriente tanto a él como a Koutaro, ambos llevándose una expresión de sorpresa en el rostro por ese hecho, el de cabello azabache apartándose y estando ligeramente impresionado. No dejaron de estar sentados uno frente al otro aún así.

Bokuto estaba peor gracias a la repentina y ligera descarga eléctrica. Se empezaba a sentir nervioso, su corazón bombeaba sangre más rápido y la frecuencia del mismo le llenaba los oídos con los latidos reiterados de su pecho. 

"¿Qué es esto?"

Se preguntó, los colores subiendo a su rostro aún intacto de la sorpresa. 

Akaashi pudo notar el cambio de colores en la piel contraria, casi por instinto también su rostro tiñéndose de un hermoso color que contrastaba bien con sus labios sonrosados. 

El capitán del equipo de voley no entendía qué estaba pasando, habían compartido contactos mil veces más íntimos y se puso tan nervioso y tenso con un ligero roce de pieles a plena luz del día y en la azotea de la escuela, con gente al rededor. Tanto Akaashi como Bokuto son conscientes de que se atraen.

Palabras como "te quiero" o "me gustas" no habían sido dichas durante todo ese tiempo, todo es más que nada un acuerdo físico que tenían entre ambos. Y no es que no se quieran o aprecien, si que lo hacen y es más que notorio, pero Bokuto no sabía que si alguien le gusta tendría esa clase de sensaciones. 

||Memoria de tacto|| -BokuAka-जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें