-¿Puedo pasar a verla?- inquirió con cierta vergüenza el rubio.
-Por supuesto. Aunque está durmiendo, cuando despierte estará feliz de verte- espetó la médico al darle un vistazo. Entonces, al chico se le iluminaron los ojos, aunque seguía sintiéndose culpable- Estoy segura. Anda, ve.
Y estabas ahí.
Dormida, en paz, tu respiración era lenta, pero constante a su vez. Zenitsu pensó que te veías enérgica aún soñando.
Quizás soñabas.
¿Qué soñabas, en ese caso?
Y mientras fruncía los ojos en busca de detalles que no encontraría, abriste los ojos.
Te encontraste a Zenitsu con los ojos entrecerrados, viéndote casi como si te odiara.
-¿Qué me pasa?- preguntaste, obviando la parte del vendaje en tu cabeza por un corte bastante profundo, además de otro parecido en la mejilla.
-¿A tí?- preguntó, pensando que deberías reprocharle el no haberte salvado y que tú te ocuparas sola de todo.
-No, no, Zenitsu, a mis ancestros, que en paz descansen- afirmaste- Si, a mí, digo, me estás mirando mal, pero en éste estado dudo que te haya hecho mucho.
-¡Oh! No hiciste nada, lo siento. Es que... pensé que podrías tener hambre- afirmó mostrandote una caja de dulces- Y quería agradecerte por salvarme.
-Muchas gracias.
✨
Hablaste cuando terminaste de comer, siendo feliz con los dulces que no merecías, pero en fin, estaban deliciosos.
-Entonces, ahora que ya no puedes arrepentirte, te diré que yo no fui- él te miró, como si sus neuronas se hubieran desconectado.
-¿Eh?
-Yo no te salvé, Zenitsu- explicaste- Fue al revés, tú me salvaste a mí.
-¡No es cierto, tú mataste a los demonios! yo... te vi, te vi hacerlo, yo no puedo matar a nadie- alzaste tus cejas en señal de incredulidad.
-Mi espada se rompió literalmente dos segundos después de que te desmayaste, me golpearon, me caí, me partí dos costillas, te levantaste y lo hiciste puré- tomaste aire al terminar- La vida es triste, ¿y qué? Lo mataste, eso es genial.
-Pero, yo no...- él intentó decir.
-Lo mataste, me desmayé cuando te levantaste, es todo- le explicaste.
Él se sonrojó.
-Son... son... ¡las drogas! Deben serlo, no puedo matar demonios, soy inofensivo, debe ser que los sedantes te están haciendo mal...- suspiraste.
-No, quiero golpearte, pero eso es un efecto secundario de tu terquedad. No maté a nadie, solo le corté un brazo y después rompió mi espada.
-¿Tu espada?
-Si, mi herrero me clavó un dedo en la costilla rota, "¡así se siente que rompan algo que tanto tomó construir!"- imitaste su voz- Eso dijo.
-Oh.
-Pero estoy viva gracias a ti, y estoy llena también, eso si es de agradecer. En fin, gracias por salvar a éste alma...- te interrumpió.
-¡Tú me...!- le arrojaste una cuchara que habían usado antes para darte una dosis de algo que no recordabas, interrumpiste su habla.
-Cállate o lo que sigue es un zapato. Sólo cállate. Te debo una de todas formas- pensaste- Dos, en realidad, por la cuchara, digo.
-¿Eh?- inquirió asombrado.
-Que voy a cuidarte en la próxima misión, voy a invitarte comida, voy a dejar que me pidas dos favores, no lo sé, te debo un par de favores.
-Oh, está bien- agradeció- Pero no quiero que te lastimes por salvarme, de nuevo.
Hiciste una mueca de molestia ante su terquedad.
-----
Che, estaba re chill pensando que no tenía trabajo y resulta que hacía un huevo que no actualizaba y fue la sorpresa porque yo estaba por irme a comer bizcochuelo y perrearme temas de los ochenta con mi familia y bue, no gente, acá laburamos antes de la joda.
Ahre
Feliz Halloween mis niños 😎👊
Annsta la próximaaaaaaaaaaa
YOU ARE READING
Kimetsu No Yaiba Oneshots
FanfictionEscribo lo más rápido que puedo, pero denme tiempo JAJAJ °- Les prometo, queridos compadres, que yo si tengo buena ortografía. °- La portada viene del hermoso trabajo de @undec1a 18/10/20 -