Arsenal | Inosuke Hashibira [F]

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Apretaste con fuerza el mango de tu espada, jugando con ella.

La veías pacífica. Era pacífica.

Era un arma mortal que había despojado a muchos de sus cabezas, brazos y, bueno, vidas. Pero era pacífica en su lugar, quieta y dormida.

No te aburrías de mirar tu espada mientras estaba enfundada, era un diseño que consideraste precioso desde que te la entregaron. Pesada para sentirte segura, y liviana para ser blandida con velocidad.

Sentiste el sol calentar tus rodillas sobre el porche, mientras que el resto de tu persona disfrutaba de la frescura de la sombra.

—Esa cosa... esa cosa, ¿la tienes pegada?— miraste hacia arriba, observando a la particular cabeza de cerdo que se hallaba ocultando el rostro de uno de los cazadores de demonios más nuevos en la generación.

Soltaste la espada y la agarraste rápidamente, demostrando que no era así.

—No tienes que pelear aquí, suelta eso— exigió. La apretaste con más fuerza y, en desacuerdo, la presionaste contra tu mejilla, sintiendo las irregularidades de la funda en ti— ¿Es que tampoco hablas? ¿Eres tonta o algo?

—Sé hablar, y sé usar ésta cosa, por ende no soy tonta— afirmaste, desenvainando la espada con un dedo. Luego la dejaste descansar sobre tus piernas.

—Eres aburrida.

—Gracias. Demuestras respeto hacia tus superiores, rasgo comúnmente buscado y esperado en los novatos— sonreiste arqueando una ceja.

—¡No soy un novato! ¿Es que quieres pelea?— lo viste adoptar una posición amenazante.

Desenvainaste la espada completamente y la asomaste al sol, jugando con el reflejo de la luz en el techo que te proporcionaba sombra.

—No, muchas gracias. El día de hoy, _____ _____ está disfrutando del sol y de las aves cantando, antes de la batalla.

—Eres perezosa, y eso es molesto. Tú debes pelear— espetó.

Moviste tu espada para enceguecer a Inosuke con la luz del sol, él se quejó, tapándose la cara.

—¡Deja de hacer eso! ¿Qué hiciste?— cerraste los ojos después de enfundar la espada y tumbarte hacia atrás.

Cerraste los ojos.

—Jugar con la luz, como hacen los niños pequeños y las personas con un poco de creatividad.

Inosuke se sentó a mirarte.

—¿Por qué jugarías con el sol?— abriste un ojo para mirarlo.

—Porque le caigo bien— afirmaste— Mira, si le dejo acariciarme una pierna, no la quema. Es un gran tipo.

—¿Eres idiota?— preguntó con seriedad— Pareces idiota.

—Si consideras a alguien que disfruta la paz antes de la tormenta, si. Gracias por la confianza.

Inosuke comenzó a sentir que le dabas paz, como si el simplemente estar ahí pareciendo muerta, estuviera bien. A plena luz del día, donde cualquiera podría pisarte o molestarte.

—No tienes miedo, por eso eres idiota.

—¿De qué? Tengo ésto— palpaste tu espada para indicarle atención.

—Pueden matarte si pareces una... masa— alzaste las cejas.

—Soy una masa llena de agujas, si me aplastas te voy a pinchar un dedo.

Inosuke presionó tu estomago con su mano. Abriste los ojos.

—Mi mano está...— él frunció el ceño al palpar algo duro, en tu estómago, ahí no habían huesos. Frunció el ceño y palpó con un dedo esa zona, sintiendo lo que parecía un pedazo de madera o metal.

Metiste una mano bajo tu chaqueta, por la zona de los botones, y con tus dedos deslizaste una daga de un mango muy pequeño.

Se la enseñaste mientras lo mirabas de reojo.

—Era ésto.

Frunció el ceño y tocó tu brazo, donde pudo sentir una pequeña esfera.

—Ese es otro señorito— metiste la mano en tu manga, sacando un cuchillo impresionantemente delgado— Se llama Diagda, y fue un regalo muy bonito.

Inosuke te miró con extrañeza.

—Tienes un... ¿arsenal encima?— Intentó entender por qué no tenías el cuerpo lleno de agujeros.

—Soy el arsenal, y me gusta serlo— afirmaste— Soy una masa con agujas.

—¿Cómo caminas con todo eso?— preguntó.

—Nací en una familia interesante, agricultores— te miró extrañado— Gente que trabaja en la tierra y planta cosas para comer— explicaste— Y ganado, animalitos.

—¿Qué tiene que ver con los cuchillos?

—Mucho. No nos gustaba ir y venir, y dejábamos las carretas y contenedores para la comida, así que llevábamos cosas encima— explicaste— Te acostumbras a llevar un peso encima, y después no puedes estar sin él.

Desabrochaste tu chaqueta para mostrarle tu camisa llena de correas, sosteniendo fundas de distintas armas.

—Y me consiguieron ésto. Las armerías no me soportan porque les doy mucho trabajo.

—¿Cómo? Eres una masa aburrida.

—Pasaste unos cuantos minutos hablando con ésta feliz masa aburrida sobre el arsenal que lleva encima.

—Dijiste que tú eras el arsenal— sonreiste.

—¿Lo dije? Ya lo olvidé.

—Eres muy tonta— dijo sorprendido de tu "estupidez".

—Gracias.


—Simplemente adorable— sonrió con diversion, Shinobu, que veía tu cuerpo descansar junto al de Inosuke, quien se había dormido en posición fetal por hablar contigo.

A Inosuke le diste paz.

A ti te dieron una siesta.

A Shinobu un bonito momento para recordar.

Ganar-ganar.

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Bueno.

Chiara me pidió algo soft porque se enojó conmigo por hacer triste el otro oneshot de Inosuke chiquito y bueno.

Acá ta criesinotaku_, pERDONAME AMOR NO LO VUELVO A HACER, VOLVÉ-

ahre tóxico todo

¿sabían que con Chiara adoptamos una nena y se llama Ann??????

Es digna de presumir así que se la bancan gracias.

AaaaaaaAANNSTA LA PROXIMAAAA

Kimetsu No Yaiba OneshotsWhere stories live. Discover now